Un conjunto de gremios importantes de la CGT que no se sienten representados por ninguno de los los triunviros propuestos para comandar la central desde el 11 de noviembre, se verán las caras este jueves con Andrés Rodríguez. Buscarán garantizarse espacios en la conducción para los no-alineados. Además pedirán su propio secretario General.
Un conjunto de gremios históricos de la CGT, no alineados con ninguno de los dirigentes propuestos para comandar la central obrera desde el próximo 11 de noviembre, asistirán este jueves a una reunión pactada en la sede de UPCN con su titular, Andrés Rodríguez, como anfitrión.
El bloque de disconformes, según explicó BAENegocios, reúne a más de 20 dirigentes con fuerte protagonismo de las dos organizaciones que salieron heridas de la renovación de autoridades de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT): la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Roberto Fernández y La Fraternidad (LF) al mando de Omar Maturano.
En el cónclave le harán llegar a Rodríguez su pedido de lugares en la nueva conducción cegetista que, previendo estas situaciones, amplió su número de representantes. Aún así no se sabe qué margen tiene para cumplir.
Más tarde será el líder gastronómico Luis Barrionuevo, que con una rápida lectura del contexto, hará un intento por sacar algo de provecho de la situación.
Es que, ni lento ni perezoso, tratará de reunirlos nuevamente el lunes para promover una alianza que le permita sostener por otro período en la conducción de la CGT a un alfil suyo, lugar hoy sostenido por Carlos Acuña.
Eso implicaría no sólo el reconocimiento del poder de fuego reunido, sino la apertura a sumar una silla al triunvirato proyectado en Héctor Daer, Antonio Caló y Pablo Moyano y convertirlo en un póker de secretarios generales.
Vale remarcar que en Gastronómicos hubo análisis compartido, incluso, en cuanto a los aportes sindicales adeudados a la CGT por varios de los sindicatos que «regresan» o afianzan su presencia en el Consejo Directivo por asumir. De hecho, como chicana previa, salieron a pedirles «saldar hasta el último centavo» de la deuda para asumir el nuevo mandato.