“Estamos un poco preocupados y con una luz amarilla de alerta encendida” expresó en declaraciones a La Capital el secretario administrativo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Mar del Plata, José Luis Rocha, al referirse sobre los efectos en fábricas y talleres de la ciudad y la zona de la incipiente recesión que afecta a la economía del país.
En particular, el dirigente metalúrgico habló del reciente acuerdo de reducción del horario de trabajo al que se llegó en la fábrica de calefactores Eskabe, donde prestan servicio más de 200 trabajadores, y que por el momento, de frente a una caída en las ventas, evitó suspensiones y despidos.
“Consideramos que en Eskabe se llegó a un buen acuerdo transitorio porque no se ve afectado el cobro habitual de los trabajadores, quienes no tienen ningún tipo de pérdida económica”, manifestó el sindicalista.
“La empresa -añadió- se ha comprometido a no despedir gente. Quiere mantener la gente, porque aún con menos actividad le conviene hacerlo así, ya que de haber una reactivación en los próximos meses, y ojalá se produzca una recuperación, la empresa seguiría contando con sus operarios especializados y sin necesidad de tener que ir a buscar gente nueva y sin experiencia en la fábrica”.
También consideró que “veníamos bien, pero desde hace dos meses comenzaron a producirse señales que a nosotros nos tienen preocupados».
«Es cierto que aquí, en Mar del Plata y en la zona, no tenemos grandes problemas como despidos o suspensiones. La situación golpea a unos de una forma y a otros de otra. En general a medida que baja la dimensión de los establecimientos, el golpe de los tarifazos, entre otras complicaciones, es más fuerte”, concluyó Rocha.