Para hoy estaba pactada una reunión entre Aerolíneas Argentinas y paritarios del sindicato de pilotos APLA, de Aeronavegantes y de Aeronáuticos de APA pero la empresa decidió suspenderla en forma intempestiva, culpando al gremio de pilotos. La empresa asegura que fue por «provocar la cancelación de cuatro vuelos internacionales de largo alcance que estaban programados para este último fin de semana» al impedir la renovación de las licencias semestrales de muchos de sus pilotos. Desde APLA señalaron que es sólo una consecuencia que advirtieron.
El jueves de la semana pasada, 31 de octubre, APLA anunció un cese de actividades en el Centro de Instrucción y Entrenamiento desde el 1 al 10 de noviembre en reclamo de una actualización salarial que se les niega hace aproximadamente un año en un contexto inflacionario. No es el único reclamo, la aerolínea de bandera está bajo amenaza de una nueva privatización y denuncian desde los gremios una fuerte persecución antisindical.
Los pilotos necesitan renovar sus licencias dos veces al año para poder operar un avión, por lo que la medida de fuerza implica que no tengan acceso a su proceso de revisión habitual y, si no logran esos certificados, no pueden volar. «No lo hacemos para joder a los pasajeros, si no para que la empresa entienda que tiene que sentarse a negociar», indicaron desde APLA a La Nación ese jueves.
La empresa finalmente convocó a una mesa de negociación para hoy, después de dos meses, pero esta mañana informaron que la suspendían «hasta que se retiren las medidas de fuerza que tienen impacto directo en los pasajeros».
“Sin embargo, aún en este contexto de reapertura de mesas de trabajo, el gremio APLA tomó la decisión de provocar la cancelación de cuatro vuelos internacionales de largo alcance que estaban programados para este último fin de semana”, señalaron desde Aerolíneas.
La situación ocurrió porque la medida de fuerza tomada sigue vigente hasta el 10 de noviembre. APLA advirtió que las medidas se intensificarían y respondieron en un comunicado: «Es absolutamente inaceptable que, en lugar de enfrentar las legítimas demandas de los trabajadores, los directivos de la empresa elijan irresponsablemente transferirnos las propias limitaciones en su gestión operativa y el de un conflicto que no son capaces de manejar.»
«La empresa rompió unilateralmente las negociaciones durante dos meses. Hoy, cuando las consecuencias que APLA había anticipado son evidentes, deciden culpar a los trabajadores», recordaron. El gremio hizo referencia también a las intensiones de demonizar la profesión de pilotos con campañas en redes sociales donde se difunden falsos recibos de sueldo o se enfatizan supuestos «privilegios».
El gremio encabezado por Pablo Biró también rechazó la acusación de que se trate de «una lucha política personal» por infundada e inapropiada y remarcó que la lucha salarial responde a un mandato de la asamblea de trabajadores.