El secretario Adjunto de ATE, Rodolfo Aguiar, pidió que el PAMI acompañe el congelamiento de medicamentos frenando los «abusos en las prescripciones». Además sostuvo que «los jubilados son víctimas de la sobremedicación».
La secretario Adjunto de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar, evaluó que «la decisión de congelar los precios de medicamentos es un importante alivio para todos», pero indicó que «en el caso de los jubilados, esta medida debe ser acompañada por un estricto control en las prescripciones».
Luego que el Gobierno nacional acordara a través de la Secretaría de Comercio Interior con representantes de la industria farmacéutica retrotraer los valores de los medicamentos al 1 de noviembre y congelarlos hasta enero, Rodolfo Aguiar explicó: «El Pami debe ponerle freno a la sobremedicación de la que son víctimas todos los beneficiarios. Tanto el alto costo como el excesivo consumo que se genera a partir de los abusos de la industria farmacéutica y las corporaciones médicas afectan a los jubilados».
Según el Indec, los costos de salud sufrieron un aumento de 54,8% interanual en septiembre.
Si bien la obra social cuenta con coberturas de entre el 50 y 100 por ciento según el tipo de medicamento, en muchos casos los jubilados reciben recetas para más remedios de los necesarios, lo que afecta a sus ingresos y salud.
En esta línea, el adjunto de ATE afirmó que «la obra social cuenta en todo el país con la estructura para auditar exhaustivamente cada receta y ponerle freno a una creciente cultura de la sobremedicación” y concluyó: «No puede ser que los jubilados consuman mensualmente entre siete y nueve medicamentos. Hay que multiplicar la inversión en políticas preventivas en materia de salud para terminar con los oligopolios que desde hace años se benefician con la enfermedad de la población».
Durante el segundo trimestre de 2021, la facturación total de la industria farmacéutica fue de 135 mil millones de pesos (75,8% más que el mismo periodo del año anterior), según informó el Indec. Además, el 60% de los ingresos por ventas de medicamentos se lo queda el laboratorio, el 10% las droguerías que distribuyen y las farmacias el 30% restante.