Los empresarios esperan con ansias la reforma laboral pero ya blanquean que su impacto en el empleo será nulo. Algunos opinan que debería haber sido aún más regresiva para que favorezca a bajar el desempleo y otros creen que si no repunta la actividad económica, no va a funcionar y sólo va a deteriorar aún más la calidad del empleo en la Argentina.
La cámara Baja debatirá nuevamente mañana la Ley Bases, tras su paso por el Senado, y por ahora se dice que se aprobaría sin nuevas modificaciones.
La reforma laboral que quedó no deja conforme a nadie porque si bien sufrió recortes sigue siendo regresiva. El sector privado reclama la precarización laboral total y el fin del modelo del, todavía, poderoso sindicalismo argentino.
La Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham) se dio el lujo de opinar sobre cada uno de los puntos de la ley. Y con respecto a la reforma laboral, el planteo fue que «la redacción final aún no genera las condiciones mínimas necesarias para un aumento sustancial de la empleabilidad, ni para la reducción significativa de la informalidad».
La UIA o IDEA o incluso la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en cambio, admiten que para que caiga la informalidad y comience a generarse mayor empleo, el principal impulsor es el repunte de la actividad económica de la mano de un crecimiento de la inversión. Para ello, la estabilidad macroeconómica es una condición sumamente necesaria, aseguran los empresarios.
“Lo mejor es enemigo de lo bueno. A todos nos hubiera encantado una reforma laboral profundísima. Si en Diputados el gobierno la fue lavando un poco fue porque entendió que no era posible y mantuvo lo que entendía que podía mantener. Una Ley Bases, aunque no sea perfecta, es mucho mejor que un proyecto mucho más ambicioso pero que no termina siendo ley”, afirmó, en diálogo con Infobae, el director ejecutivo de IDEA, Daniel González. Y siguió: “¿Soluciona los problema de empleo de la Argentina? Obviamente que no, pero si la economía se estabiliza, este tipo de reformas son importantes. Mejora, va en la dirección correcta”.
También están quienes creen que este tipo de reformas, más que generar más empleo, destruirá la calidad del trabajo porque lo hará más precario. Juan Ottaviano, de Fundar, afirmó a Infobae que no cree que exista en las regulaciones laborales un “parámetro, ni menos aún un estándar de reducción de costos o de flexibilidad, que sirva para crear empleo o reducir significativamente la informalidad. Son realidades e indicadores que dependen centralmente de otras condiciones, en especial, de la actividad, el crecimiento y el crédito”.
Coincidió con su visión Matías Maito, de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam): “Yo no creo que este tipo de iniciativas generen más empleo. La evidencia histórica, tanto en nuestro país como a nivel global, no dan cuenta de que este tipo de reformas mejoren la generación de empleo, sino que lo que hacen es reducir su calidad. Y lo mismo con la informalidad, no creo que la reduzca, sino que legaliza situaciones de trabajo precarias o directamente informales”.
Entre los puntos más importantes para las empresas que quedaron plasmados en el capítulo de reforma laboral de la ley, se destacan la ampliación del período de prueba de 3 a 6 meses, con la posibilidad de extenderlo hasta 12 meses, en el caso de pymes que tengan hasta 5 empleados. Quedaron eliminadas todas las multas por trabajo no registrado o demora en el pago de las indemnizaciones. Los llamados «bloqueos sindicales» fueron reincorporados en el Senado para su penalización. También quedó la polémica figura de los «trabajadores independientes» que podrán contar con hasta otros tres (3) «trabajadores independientes». Y como frutilla del postre, el famoso fondo de cese laboral por sectores que busca reemplazar a las indemnizaciones.