Con un comunicado que lleva la estampa de la CGT, pero que no tiene el respaldo de las firmas de los triunviros como suele ocurrir con las comunicaciones formales de la central obrera, Luis Barrionuevo vuelve a las andadas. Va en un intento por recuperar el protagonismo perdido.
El gastronómico, que saliera eyectado de la intervención del Partido Justicialista hace poco más de un mes, avanza en recrear la extinta CGT Azul y Blanca por otros medios, y para eso busca embarrar la cancha en la batalla por quedarse con la chapa de las 62 Organizaciones Peronistas.
El texto invita a «todas las organizaciones confederadas» a participar de la «Normalización de las 62 Organizaciones Gremiales Justicialistas» el próximo 19 de septiembre en la sede de la UOM.
Allí Barrionuevo, que había patrocinado las elecciones de normalización que se realizaron el pasado 14 de agosto cuando todavía tenía las llaves de Matheu, ahora va por otra jugada ambiciosa: quedarse con la estructura que había diseñado para el titular del Soiva, Horacio Valdéz, y tenerla en sus manos.
Sabido es que Cambiemos también autoproclama a su pata sindical, la que lidera el titular de la Uatre, Ramón Ayala, como 62 organizaciones, por lo que ahora habrá tres espacios en disputa por la chapa.
«Ahora va a haber dos 62 Organizaciones de Cambiemos y una 62 Organizaciones Justicialistas», dijo Marcelo Peretta, secretario de Acción Social de las que comanda Valdéz.
La jugada, todavía en duda, pareciera contar con el respaldo de Antonio Caló, otro que por estas horas encuentra limitado su poder de decisión en la central obrera, luego del portazo que pegara el gremio a la conducción con la salida de Francisco «Barba» Gutierrez.