En lo que es un nuevo recorte en la administración pública, más precisamente en la obra social del PAMI, el Gobierno busca ahorrar 143 millones de pesos con el despido de 170 empleados jerárquicos que habían sido nombrados por el antiguo titular de la entidad, Carlos Regazzoni, a casi un mes de su salida.
En los próximos días, entre los puestos que se eliminarán por la decisión del actual director del organismo, Sergio Casinotti, están los gerentes, directores y secretarios que habían sido incorporados en la gestión anterior.
Esta medida tiene como objetivo ahorrar millones de pesos por año a la obra social de los jubilados ya que, los empleados despedidos, cobraban un promedio de $70.000 mensuales.
Las nueve secretarías a cargo del director se reducirían a cuatro y sólo tres quedarían con un secretario a cargo, mientras que la restante sería ocupada por un Subdirector ejecutivo. Desde la conducción del organismo indican que se trata de cargos políticos y no de trabajadores de carrera, como consigna Clarín. Así, sólo quedarían 80 puestos jerárquicos.
Regazzoni habría sido echado por sus diferencias con la poderosa jefatura de Gabinete, liderada por Marcos Peña y secundada por Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, hombres de máxima confianza de Mauricio Macri, que los considera sus «ojos y oídos».
El médico había quedado en el ojo de la tormenta por negarse a hacer un ajuste y por estar el Gobierno disconforme con la revisión de criterios de subsidio social para los medicamentos. Con la nueva gestión se dieron de baja los contratos que Regazzoni había firmado con los laboratorios, lo que generó conflictos en las prestaciones.