Sergio Palazzo se cortó por un rato de su rol en la campaña y acusó a los bancos de ajustar sobre el personal. Denunció que los bancos Santander y Supervielle «son la demostración del desaliento a la atención personalizada por caja que los usuarios reclaman» y aseguró que sólo el primero de ellos «cerró entre 90 y 100 sucursales» y obligó a sus empleados a aceptar retiros voluntarios.
La Asociación Bancaria (AB) aseguró que «la vacunación masiva, los testeos y otras medidas de prevención permitieron que el país atraviese una etapa de necesaria normalización de la economía», reclamó respeto por los derechos de los usuarios y de los trabajadores, y denunció que el Banco Santander cerró entre 90 y 100 sucursales.
«La necesaria normalización económica requiere mantener recaudos sanitarios y reflejar cambios, siempre respetando los derechos de las personas, los del público usuario y de los trabajadores. Los Bancos Santander y Supervielle son la demostración del desaliento a la atención personalizada por caja que los usuarios reclaman. Solo el primero de ellos cerró entre 90 y 100 sucursales», denunció un documento de prensa.
Sergio Palazzo y Eduardo Berrozpe, secretarios general y de Prensa del gremio, reseñaron en el documento que «la acertada medida de atender con turnos fue necesaria para reducir el contagio por la Covid-19», aunque expresaron que ello fue «complicado» por «la determinación de cerrar sucursales al público, reducir espacios de atención e incentivar en exceso el desaliento a la atención personalizada por caja».
«Los usuarios la reclaman por seguridad o necesidades puntuales. Es una tendencia generalizada el cierre de sucursales, como realizan el Santander y el Supervielle. Esa limitación de la atención afecta a todos, desde los jubilados a las empresas», aseguró.
Por lo mismo y, luego de gestiones realizadas en todos los ámbitos, la Bancaria exigió que «se revierta el cierre de sucursales» e hizo una presentación ante el titular del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, para que concluya -con las medidas de prevención apropiadas- «el requisito de previa adjudicación de turnos para la atención».
«El pronunciamiento del Central es imprescindible, porque los bancos demoran decisiones coherentes con la recuperación económica, ya que liberados por los turnos y el teletrabajo ajustan costos. Cierran sucursales e imponen retiros. Lo que reduce la estructura física del sistema financiero, trasladando costos al personal», subrayó.
Los dirigentes remarcaron que es «el caso del teletrabajo, ya que no se cumple la obligación determinada por el artículo 76 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) de compensar gastos de energía y conectividad por las laborales en el hogar».
«Los bancos también demoran la adecuación paritaria de la Ley de Teletrabajo y aceleran, sin importar seguridad y calidad de atención, tercerizaciones en todas las áreas a fin de abonar menores salarios e incumplir la normativa de la actividad. Ello afecta el desempeño del sistema financiero», puntualizaron los sindicalistas.
El gremio añadió que el sistema «es insuficiente y lo seguirá siendo si no modifica su lógica, alejada del rol promotor de la actividad productiva, aun a pesar de una innovación tecnológica a la que no todos pueden acceder de la misma manera».
Para el sindicato, a los banqueros «poco les importa la calidad del servicio, los derechos de usuarios y trabajadores y la necesidad de normalizar la actividad», y aseveró que solo arremeten -en especial en el sector privado- para ajustar y mejorar la rentabilidad.
«Es hora que las entidades financieras asuman su responsabilidad social, comiencen a normalizar la atención al público, preserven el empleo y respeten las condiciones laborales», concluyó el documento de la conducción nacional de la Bancaria.