La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, con la excusa de descentralizar tareas, resolvió de dotar de atribuciones especiales a todos los miembros de su gabinete provincial, ya sea ministro, secretarios, o titulares de los organismos de la constitución. Pero la firma del decreto 230/16 no sólo delegó tareas, sino que allanó el camino para avanzar en despidos masivos, como sucede por estas horas en el Estado Nacional.
En materia de personal los funcionarios ahora tendrán atribuciones para “designar agentes comprendidos en otros regímenes estatutarios especiales, con excepción del personal de planta permanente con estabilidad y del personal sin estabilidad”.
Además podrán disponer “los ceses de personal excluido de planta permanente sin estabilidad y los supuestos de pasividad anticipada”, lo que preocupa entre los estatales porque incide directamente en la ocupación y desocupación del personal.
A su vez, desde ahora los funcionarios estarán legitimados para “ampliar suspensiones preventivas y disponibilidades relativas”, otorgar licencias, disponer ascensos, traslados de agentes dentro de cada jurisdicción y consignar “calificaciones del personal”.
La decisión llega en momentos donde la gobernadora había dispuesto el descuento de los días de paro de los estatales, docentes, médicos y judiciales y hasta había avanzado en la contratación de privados para romper una huelga de auxiliares escolares.