En muchos países de Africa el empleo informal no agrícola supera el 50 por ciento y alcanza cuotas máximas de 76,2 en Tanzania y de 81,8 en Mali, en tanto con 9,3 por ciento y 17,8 las naciones de ingresos medios como Mauricio y Sudáfrica registran guarismos muy inferiores de trabajo informal, señaló el organismo tripartito.
En Africa del Norte y el Oriente Medio, el empleo informal representa una proporción considerable del trabajo de 30 a 70 por ciento; Asia Meridional y Oriental también tienen un número elevado de trabajadores en la economía informal (42,3 en Tailandia a 83,6 en India) y, en China, el trabajo informal alcanza el 32,6 por ciento, una estimación basada en seis ciudades, añadió.
«Los enfoques aislados que abordan un solo aspecto de la informalidad tienen resultados limitados. Las experiencias nacionales exitosas de combate de ese fenómeno se fundamentan en un enfoque integrado. La Recomendación de la OIT se basó en las lecciones aprendidas de las estrategias exitosas; ofreció orientaciones políticas para formular y aplicar un marco de estrategias integrado que facilite esa transición y también para garantizar que esté incluido en el desarrollo», puntualizó.
En todas las regiones en desarrollo, el empleo por cuenta propia informal no agrícola es mayor que el asalariado y significa casi un tercio del total del empleo no agrícola a nivel mundial.
La proporción de mujeres en el empleo informal es más elevada que la de los hombres en la mayoría de los países, y otras poblaciones vulnerables como los jóvenes, las minorías étnicas, los migrantes, las mayores y los discapacitados también están presentes de manera desproporcionada en la economía informal, concluyó el organismo.