Tras las amenazas con un arma de fuego por parte de una patota, Ramón Escalante aclaró que “lo único que queremos es que nos dejen trabajar porque hace siete meses que estamos durmiendo en el piso y comiendo lo poco que podemos conseguir entre todos”.
Con un tono visiblemente desesperado por la situación violenta sufrida en el marco de la resistencia, el representante de los trabajadores de la harinera de Parque Patricios reclamó “ayuda” a las agrupaciones políticas, organizaciones sociales y a los vecinos de ese barrio de la ciudad de Buenos Aires.
“Queremos trabajar y poder darle de comer a nuestros hijos”, reiteró Escalante al mismo tiempo que advirtió: “Vamos a resistir, pero no queremos ser golpeados ni sufrir amenazas por parte de patotas enviadas por los dueños de la empresa”.
Sobre la acción intimidatoria por parte de un grupo de matones rentados, el delegado contó que “esta tarde unos hombres ingresaron por un portón lateral de la fábrica que fue abierto por los efectivos de la seguridad. Nos amenazaron con armas y nos dijeron que nos vayamos”, señaló.
Al recordar que Macri vetó la ley porteña de Fábricas Recuperadas, Escalante también apuntó al Gobierno de la Ciudad porque “está metido siempre en los negocios inmobiliarios y nunca nos escuchó ni nos brindó una ayuda para resolver el problema”.
El conflicto de Molinos Osiris comenzó en octubre pasado cuando los 30 trabajadores recibieron el telegrama de despido sin previo aviso ni una indemnización.
Desde el 4 de noviembre de ese año, los trabajadores ocupan la fábrica para “evitar que los dueños la desmantelen y así proteger nuestros puestos de trabajo”, según explicaron.