Se trata de quien en el pasado reciente ejerciera como abogado defensor del exlíder del SOMU, Omar «Caballo» Suarez. Martín Aguirre hoy es el número dos de la estratégica Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales. Tiene una pila de expedientes sin tratar. Hay sospechas sobre intenciones ocultas en esa maniobra.
«Tiene una pila de expedientes sin tratar y eso ya está les trayendo serios problemas a todos. Se están acumulando y están todos ahí parados», le dijo una importante fuente de la Secretaría de Trabajo a InfoGremiales. Hacía referencia a la notable falta de movimiento de los trámites en el escritorio de Martín Aguirre.
Aguirre, recientemente devenido en funcionario libertario es es exSecretario General del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal pero en el mundo sindical se lo recuerdo por haber sido el abogado del exlíder del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Omar «Caballo» Suarez en la causa que se le seguía en su contra.
De hecho Aguirre lo patrocinó cuando el Tribunal Oral Federal 4 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) absolvió a Suarez quien salió con una remera que decía «Libertad a los Presos políticos», un libro de CFK en una mano y una nota del Papa Francisco en la otra.
Nadie tiene claro en la Secretaría de Trabajo cuál es la motivación final del funcionario al demorar cada uno de los trámites que le llegan. Algunos esbozan sospechas pero nadie puede decirlo a viva voz.
Lo que está claro es que por la Dirección Nacional de Asociaciones Sindical (DNAS pasan), pasan definiciones más que sensibles para la vida interna de los sindicatos y una demora innecesaria aporta a la erosión de la relación entre el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y los sindicalistas en momentos en los que no hay demasiado margen de maniobra.
En la DNAS, entre otros, se tramitan los pedidos de personería gremial, las compulsas y las inscripciones gremiales. Pero también deben aprobar los estatutos y emitir los certificados de autoridades en los procesos electorales, una documentación clave. Todas las decisiones de la DNAS son trascendentales para el normal desarrollo de la vida sindical.