En respuesta a la caída del consumo y el aumento de costos de la mano de la inflación y los aumentos de las tarifas, las empresas se preparan para ajustar sus operaciones en la Argentina y la «tijera» ya llegó a la plantilla de personal.
Las compañías comenzaron a recortar su nómina de trabajadores temporarios, para evitar despidos de los empleados efectivos y evitar el cierre de plantas productivas.
Las alimenticias, le confirmaron a BAE Negocios que desactivarán los contratos temporarios y que dejarán sin efecto los proyectos de inversión, al menos, hasta el segundo trimestre del año próximo.
Por caso, la multinacional Arcor tuvo su peor performance en 67 años de existencia: sólo en la primera parte del 2018 perdió casi de $3.000 millones. La última vez que tuvo rojo en sus cuentas fue en 2002, en donde había perdido $50 millones.
Otro caso es el Molinos Río de la Plata, que vio derrumbarse su rentabilidad con un balance negativo en el primer semestre de casi $1.100 millones aunque su performance ya había sido negativa el año pasado.
Se suma a este escenario Mastellone Hnos., que perdió $1.042 millones en ese período, según relevó el matutino.
Sin embargo, fuentes de esas firmas advirtieron a BAE Negocios que los resultados «aún no muestran el verdadero efecto de la crisis, que ya se están viendo en las fábricas pero que empezarán a verse en estadísticas desde septiembre».
El foco está en los efectos sociales que puede generar la retracción de la economía. Por caso, la reducción de los puestos de trabajo «atenta contra el propio mercado interno», señalaron fuentes del sector. Los mismos voceros que admitieron: «si mantenemos el mercado laboral, fundimos la fábrica familiar».
Con una capacidad instalada sin uso récord, las alimenticias confirmaron que luego de reducir las horas extra y llevar al mínimo los salarios de los trabajadores en actividad, el próximo paso es desprenderse -con acuerdos de partes, en los mejores de los casos- de los empleados que mantienen relación de contratos con las empresas.
«Es la única forma de mantener a los trabajadores que pertenecen a la fábrica», confesó una fuente consultada.
«No hay ninguna medida que cambie el esquema macroeconómico. Por eso todo indica que la crisis laboral será más profunda de lo que se esperaba», afirmó un ejecutivo de una de las marcas líderes.