La situación en la industria es crítica. Se palpa en cada relavamiento estadístico sobre la actividad y también en cada recorrida por los establecimientos, en los que trabajadores, gremios y empresarios buscan alternativas para evitar (o posponer) el cierre de los portones.
Eso mismo se constató en Argental, una empresa líder del mercado en la industria de equipos para panificación, que hoy está atravesando un momento delicado y suscribió un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) en noviembre del año pasado.
Armando Torres delegado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la explicó al diario La Capital: «Hemos remado situaciones difíciles, pero nunca pensamos que íbamos a estar así», admitió el trabajador, quien explicó el desplome en «la crisis de las panaderías, que no paran de cerrar por el aumento de la harina y las tarifas».
En la fábrica trabajan 180 personas, de las cuales 120 son operarios. Con los tercerizados, la planta supera los 500 trabajadores.
«Acordamos suspensiones los dos últimos viernes de febrero, y los cinco viernes de marzo. Estamos cobrando el 80 por ciento del sueldo neto, pero a nosotros lo que nos importa es trabajar», dice el hombre que es empleado de Argental hace 25 años.
«En el país han cerrado 1.800 panaderías. Baja el consumo y los subsidios, aumentan las tarifas, el transporte y los insumos. Mes a mes, con el acompañamiento del gremio vamos discutiendo para poder sostener las fuentes de trabajo, porque empresa que cierra no abre nunca más», relató Torres.
En junio se volverán a reunir para discutir el panorama. «No son buenas las perspectivas con estas políticas económicas», concluyó el delegado.