(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) Producción, trabajo y desarrollo en la Argentina a partir de un músculo industrial de trabajadores y trabajadoras argentinos es la premisa de un educador y sindicalista, Ariel Guede, el titular de AMET. Asume los riesgos de una grieta generada con bajas intenciones contra los maestros y profesores, la labor educativa en pandemia, la posibilidad de mejorar la economía del país, a partir de la actividad fabril son trazos que realzó desde esa asociación. Neuronas atentas para los proyectos de estudiantes, el valor de los centros de formación y la enseñanza técnica forjada con pensamiento crítico hacen a premisas que considera indispensables.
Había una vez un referente del Derecho Penal Argentino, Guillermo Ouviña, que honraba la libertad de pensamiento en las aulas de la Universidad de Buenos Aires, colmadas de alumnos en razón de quien dictaba esas clases. Si de valores agregados se trata, el profesor Ouviña dejaba semblanzas no sólo en el ámbito del Derecho e iba más allá. Realce: su prédica tenía lugar en los años de la dictadura y en la postdata de cada clase solía apuntar frases para atesorar. «Ser universitario, ya sea docente o alumno, es una decisión que se toma para toda la vida y si estamos a la altura de ella nos acompañará toda la vida como forma», deslizó una tarde. Décadas después haber tenido el privilegio de que, sin dar el talle necesario, podamos dar testimonio de haber sido parte de su cátedra se atesora sin mensura de valor en datos duros posible.
Es la introducción para esta charla de InfoGremiales con Ariel Guede, el secretario General de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET). Un dirigente que tiene simetrías con aquel principio de Ouviña en cuanto a la educación como forma y compromiso de vida. Quien además se presentó en pocas palabras como representante de los docentes de escuelas técnicas, centros de formación profesional y escuelas agrarias. «Es el sector del sistema educativo que tiene la mayoría de la modalidad de técnica, somos los más representativos», apuntó. Confesando su peronismo y la actividad metalúrgica de su padre, casi al pasar, hubo una mención que también refiere a los años donde Ouviña dictaba sus clases magistrales en la UBA, Guede tiene familiares desparecidos durante el horror que sometió al país entre 1976 y 1983.
Un sindicalista joven que en los tramos de color para esta conversación también comentó algunos gustos musicales y cinematográficos. «Me gusta y escucho mucho rock nacional, Los Redondos, Los Guasones, que son de La Plata, Ataque. Películas hay muchas, no vamos a decir El Padrino (risas) esa no va. Hay una que me gusta mucho que es Corazón Valiente». Y el despegue hacia preguntas y respuestas de materia específica como corresponde al área de la enseñanza en establecimiento técnicos, soñando un país mejor, se basa en política, economía, educación y por supuesto a la cultura. Va la cita para Leonardo Favio al que definió «repasando su obra vemos a un tipo que tuvo una visión impresionante. Interpretó muy bien lo que estaba pasando en la Argentina en un momento crucial y él lo manifestó en el cine de una forma genial». Dicho apunte, para más datos nos remite al Juan Moreyra al que Favio y Rodolfo Bebán como protagonista hicieron un Inmortal Criollo. La simetría entonces para desde esas bases tomar la agenda de actualidad, la región y a Brasil para comenzar la conversación:
«Hay una necesidad a la que hace muchos años no le encontramos la vuelta y es encontrar el valor agregado a lo que vendemos al exterior»
Ariel Guede
-¿Desde un eje regional de estos días podemos vincular a Lula con las escuelas técnicas?
-Uno de los cambios más significativos en la política educativa de Brasil lo llevó adelante Lula, sin ninguna duda. Para todo lo relacionado con la formación técnica en general, es decir ponerla en valor, pensar que ese era el objetivo primordial para el crecimiento de Brasil, y hacerlo industrial. Tampoco es casual si tomamos en cuenta su origen, de donde viene Lula como trabajador, eso tiene que ver para comprender por qué él entendió muy bien al pueblo brasilero y arribar a la conclusión de que su país necesitaba una formación educativa/técnia específica.
-¿Hay una coincidencia histórica con Juan Perón para este desafío que también asume Lula hoy con más de 70 años, digo, poniendo el foco nacional en la enseñanza técnica?
-Creo que sí. Nosotros tenemos una frase que justamente acá la tenemos enmarcada (acerca y nos muestra un cuadro a su escritorio). Perón en marzo del 49 dijo: «necesitamos un millón de técnicos para asegurar la independencia económica». Algo que todavía no la hemos logrado, lamentablemente, como país. Creemos, como un sector de la educación técnica, que tenemos que ir por ese camino para tener una independencia económica en el país. Obviamente, hay políticas del Gobierno Nacional y también en la provincia de Buenos Aires, sobre todo con la educación técnica en general. A nivel nacional el esquema abarca tres sistemas: la educación técnica, la formación profesional y lo que es agrario, todo lo que nuclea la educación técnica profesional es una ley específica. Para tener una idea de lo que pasó estos últimos años, cuando las escuelas eran nacionales teníamos la CEMET, que en ese momento pertenecía al CONET, después cuando pasamos a la provincia de Buenos Aires, esas escuelas pasan a depender a la provincia y cada jurisdicción se hace cargo. A partir de ahí sale el Polimodal. Y teníamos un problema bastante complejo porque las escuelas técnicas no tenían financiamiento. Además también hubo inconvenientes con la acreditación, los títulos de técnicos no se certificaban para muchas tecnicaturas, no existía el título de técnico con todo lo que implicaba en ese momento no tener técnicos para un país que tiene una fuerte impronta en la industria. Entonces, con Néstor Kirchner se crea primero la Ley de Educación Técnica Profesional, con un financiamiento del PBI que es directo al sistema educativo de lo que son las escuelas técnicas y después al otro año, sale la Ley de Educación que es nacional.
-Un punto de referencia, no estamos hablando de hace 60 años.
-Estamos hablando de hace un ratito atrás, de la primera presidencia de Néstor. Ahí las escuelas empiezan a acreditar otra vez los títulos de técnicos a nivel nacional, se crea lo que hoy es el INET, el Instituto Nacional de Educación Tecnológica, se hace un diseño curricular, porque no lo teníamos específico, con las diferentes tecnicaturas que existen, y donde tienen una matriculación cada una de ellas. Las provincias, las jurisdicciones, empiezan a homologar y a pedir esas tecnicaturas para llevarlas a las escuelas. Algo muy interesante en lo que es el diseño curricular es, por ejemplo, en el último año de la escuela técnica tenemos las prácticas profesionalizantes, un punto donde al alumno, al chico, a la piba, los llevan al mundo del trabajo para entender cómo es una pyme, una empresa, cómo es hoy, cómo se produce y que existe una articulación entre la escuela y el mundo del trabajo. Pero durante todo ese proceso, del primer al séptimo año, la escuela va presentando proyectos, planes de mejoras, donde tiene una inversión para comprar tecnología y de esa forma capacitar a los pibes.
-¿Una base para pensar cómo ponerse en contra de la formación técnica del empleo? Porque hasta las consultoras más liberales coinciden en la relevancia de generar puestos de trabajo industriales para la salud económica y la soberanía de un país.
-Hay una cuestión, una necesidad a la que hace muchos años no le encontramos la vuelta y es producir la materia prima que tiene la Argentina. Encontrar el valor agregado a lo que vendemos al exterior, la verdad, es así, no tenemos producción. Y cuando uno piensa en la Argentina que vende el trigo, el maíz, la soja, el combustible y que se va el petróleo y no lo procesamos nosotros. Bueno, hay que encontrarlo, ¿y quiénes van a poder cambiar ese rumbo de la Argentina? Vas a necesitar la mano de obra calificada, la cual nace a partir de que tengas los técnicos. Nadie puede estar en contra del sistema educativo de la ETP, sobre todo donde desde muchas escuelas donde los alumnos, las chicas y los chicos, elaboran proyectos que son evaluados por universidades, por empresas privadas y ganan menciones. ¿Me explico? Les toman esos proyectos para desarrollarlos en la industria. Ese es uno de los caminos donde tenemos que ir. Es por ahí.
-¿Además ése entramado tiene una dinámica federal que también exige la Argentina?
-Claro. Uno se centra en Buenos Aires, que es la provincia que tiene la mayor cantidad de tecnicaturas, como también hay distritos que tienen la mayor cantidad de escuelas técnicas, por ejemplo Avellaneda, Quilmes tienen 9 escuelas técnicas, es algo increíble, pero eso se da porque cada una de esas escuelas tiene tecnicaturas diferentes, tienen construcción, química, mecánica. Primero era porque en esa ciudad se necesitan, por la cantidad de empresas que están situadas en ese municipio. Esos técnicos tienen una salida laboral porque están las empresas y los parques industriales, y entonces ellos mismos son los que solicitan químicos, mecánicos para mantener las máquinas, todo va en relación a la demanda que las empresas y las pymes generan.
-Mencionó a las chicas. Hace pocos años no era tan frecuente ver a muchachas estudiando en escuelas industriales, estamos ante uno de los cambios que llegaron para bien.
-Es algo que nos pone muy felices. Las matrículas de las chicas en las escuelas técnicas va creciendo todos los años y la verdad que es un número muy significativo y que no sucedía. Porque estaba arraigado que las escuelas técnicas solamente eran para los varones, venía de un modelo en el que los oficios parecía que tenían género. Este cambio social, como argentinos y como sociedad, nos pone en otro lugar. Se ha logrado, con muchos movimientos, tener mayores derechos y eso hace que las chicas encuentren estos oficios que antes estaban destinados solo para el hombre.
«Un sector político, malintencionado, ha generado hostigamiento hacia los gremios. Continuamente están generando odio, lo vemos todos los días»
-En la carpeta de «cambios para mal», no recuerdo otras épocas donde se apunte a sindicalistas docentes como los culpables de fallas educativas que tienen otros responsables.
-Lamentablemente, un sector político, malintencionado, ha generado hostigamiento hacia los gremios. Continuamente están generando odio, lo vemos todos los días. Y no ven o no quieren hacerlo que detrás de nosotros están todos los compañeros, las compañeras, y en cierta forma les pegan a ellos, porque nosotros somos elegidos por ellos. Creo que pensando en el sistema educativo, y centrándonos en la pandemia, la docencia en estos años encontró un camino que era inesperado. Hay que fortalecer lo que los docentes encontraron como herramientas para estar cerca de los alumnos en las escuelas primarias, inicial, secundaria, para que no pierdan esos años de escolaridad.
-Una cuestión central que se soslaya.
-Los docentes han trabajado muchísimo más que el horario que podían estar en una escuela, pensaron estrategias para estar más cerca de esos chicos, que muchos tenían problemas de conectividad, o no tenían aparatos para lograrla. Eso también vino acompañado de que gobiernos anteriores desfinanciaron el sistema educativo, cortaron el plan de conectividad y los pibes ya no contaban con una computadora. No sólo veníamos de un sistema que recortó el sistema educativo, sino también en lo salarial. Ellos recortaron lo que necesitaba cada una de las escuelas y también los docentes: cerraron escuelas y se perdieron cargos que estaban en ellas, los que se necesitaban por la cantidad de alumnos.
-Léase, las casualidades no existen, y el común denominador es “esto no me interesa”.
– Eso lo marcaron bien, si nos centramos en ese gobierno, y más con el que tuvimos antes en la provincia de Buenos Aires, lo manifestaron en muchas ocasiones, y generaron una guerra contra los docentes y contra los sindicatos. Nosotros hemos quedado detrás de las rejas de la Gobernación queriendo hacer una presentación de una nota, hasta ese nivel hemos llegado. Trazaron una imagen, un objetivo, que era plantearnos una guerra y nosotros lo único que queríamos era que los pibes tengan lo que necesitan dentro de una escuela y que los docentes también estemos en mejores condiciones, no solamente en lo laboral sino en los puestos de trabajo, las condiciones laborales.
-Ahora, esa decisión de avasallar sindicatos, y sabotear la educación pública tiene eco en sectores sociales impensados. ¿Qué pasa por usted en su fuero íntimo cuando aprecia una derecha con respaldo popular, digamos una hinchada que incluye a pobres y trabajadores?
-Ellos buscan generar odio y la división. A ver, nosotros peleamos por una educación pública donde nuestros pibes tengan lo mejor, lo que se merecen en nuestras escuelas. A partir de eso, al que venga y se pare en otro de otro lugar, nosotros vamos a salir a la calle a manifestar que eso no está bien, independientemente de quien sea y del color que sea. Después, el que busca culpables, de por qué pasa tal cosa, es el odio y el formato que ellos tienen para manifestar y que la sociedad les diga «pueden hacer ese recorte en la educación» pero además no decir ni asumir que hacen esos recortes y además desviar el foco para apuntar que el culpable es fulano, para pegarle a esa figura.
-¿Mientras tanto el peronismo pierde tiempo en discutir si el kirchnerismo es parte de él?
-Como un sector que participamos dentro de la CGT, yo me identifico hacia el peronismo, creo que es un momento donde se tienen que acomodar los melones, como dijo el General. Se va trazando una línea electoral y aparecen estas cosas, una vez que esté alineado el peronismo se va a alinear, y el kirchnerismo es parte del peronismo, de eso no hay duda.
-¿Perón se imaginó un peronismo donde a veces quieren tirar a los melones del carro?
-(Sonrisas) La verdad que no, pero es un momento de cambios, un modelo que en el pasar de los días se va a ir acomodando.
«Los compañeros del gremio del Neumático hicieron una lucha con multinacionales como Bridgestone y Pirelli una empresa nacional poderosa como Fate. Fijate cómo y lo que lograron cuando se pensaba que iba a ser difícil»
-Necesitar un millón de técnicos en el país, es un desafío vigente. Grieta mediante, no casual, y más allá de las redes sociales, esa coincidencia y decisión se demora. ¿Apetecen otros ejes, que los docentes «no trabajan», que tienen licencias y vacaciones de privilegio y más?
-Bueno, cuando dicen que tenemos tres meses de vacaciones no es cierto. Siempre digo que sería interesante que esas personas que descalifican a los docentes y a las escuelas, las vayan a visitar. Porque cuando uno opina tiene que saber y conocer. Si pasan hoy por cualquier escuela técnica, una escuela agraria, un centro de formación profesional y se encuentran con quienes están estudiando y pueden compartir con ellos verán a los sectores de dónde vienen, qué hacen sus padres y más. O podrán ver a un compañero que está en un centro de formación profesional, que tal vez no tiene trabajo, y encuentra en ese centro el curso que le va a brindar trabajo y generar un ingreso económico. Allí uno puede estar naturalizándose con cada uno de ellos y pueden decir lo que quieran, peroe ntrar a una escuela y ver cómo los pibes y pibas trabajan en el aula, cómo el docente desarrolla su clase con ellos, ahí se termina todo este relato de odio, de descalificaciones. Si plantean que el sistema educativo está como está por culpa de los sindicatos, es una mentira, buscan adjetivos para generar confusión.
-Y por si faltaba algo 2022 es un año paritario difícil. ¿Verían bien una suma fija adicional desde AMET? Hace pocos días se reunieron con el ministro de Trabajo Bonaerense.
-Nosotros, en la provincia de Buenos Aires, con la cuestión paritaria ahora vamos a tener para el próximo cobro un 25% de aumento salarial. Días atrás tuvimos una negociación, el Gobernador tomó la decisión de incrementar esta pauta que íbamos a cobrar ahora, a partir de ahora tenemos una revisión. La paritaria de este año la cerramos con una revisión en los 3 meses para que finalice en el año. Venimos trabajando con la comisión salarial, para que el salario no pierda con la inflación y las variables que lamentablemente se están dando con la economía y la inflación que ataca muy fuerte al bolsillo del trabajador, y sobre todo al bolsillo de los docentes. La verdad que tenemos un diálogo permanente con el Gobierno, tenemos diálogo, tenemos respuestas y venimos trabajando muy bien en ese aspecto. Obviamente la situación económica del país no acompaña y hace que los esfuerzos cada vez sean mayores. Por otro lado nosotros como AMET provincia de Buenos Aires también estamos llevando adelante una agenda de trabajo de prioridades, como sector que tenemos que lograr gestión, en el ámbito educativo. Hace de 12 a 15 años tenemos compañeras y compañeros que no están teniendo estabilidad en sus cargos, Hicimos hace 15 días, en Mar del Plata, un encuentro entre compañeras y compañeros que fue muy fructífero, porque pudimos estar con referentes de toda la provincia, donde también nos acompañó el director de la ETP de la provincia y también ahí manifestamos que era necesario darle estabilidad a los compañeros, no solamente por una cuestión personal de cada uno de ellos, para que no tengan que estar pensando si el año que viene van a seguir laburando, eso hace y genera una cuestión de organización para las instituciones educativas y uno que puede planificar, no solamente este año sino años próximos, con los mismos docentes. Esa planificación de estabilidad favorece a la institución educativa.
-¿Siendo un profesional con una licenciatura y carrera docente, se siente cómodo en tiempos tan picantes y donde urgen las necesidades de trabajadores y trabajadoras que representa?
-Es un momento que se viene picante donde hay tantas variables y cambios que se generan en forma rápida y repentina, pero también es un momento para poner arriba de la mesa cuáles son las necesidades de los sectores. Hace unos días los compañeros del gremio del Neumático hicieron una lucha con multinacionales como Bridgestone y Pirelli una empresa nacional poderosa como Fate. Fijate cómo y lo que lograron cuando se pensaba que iba a ser difícil. Hubo semanas muy conflictivas y también hubo un sector de la sociedad que se ponía en contra de esos trabajadores; y hay que poner en real dimensión de lo que estábamos hablando, porque en las redes sociales hubo quienes salieron a decir que las empresas se iban a ir del país. El conjunto de los trabajadores y el sindicato planteó una agenda de prioridades y lo lograron con mucha satisfacción y hay que felicitarlos a los compañeros, que entendieron que iba a ser una batalla dura pero lo lograron. Creo que en estos momentos también está bueno que se genere esa discusión, no es que los sectores estén adormecidos, hay movimiento, la clase trabajadora está en movimiento.
-¿Y qué nos contaría de su familia?
-Tengo a mi viejo, que fue toda la vida de la UOM, mecánico y oficial múltiple de una fábrica de Avellaneda. Tengo un tío y un sobrino desaparecidos, es una familia donde se vivió la política, incluído el peronismo claro, de una manera muy fuerte. Los domingos nos juntábamos para hablar de política y de militancia, mi viejo me generó la militancia. Y hoy me toca estar al frente de este sindicato donde durante muchos años venimos trabajando en un eje importante como lo es el sistema educativo pero también como país porque mis raíces son industriales. Y tengo dos hijos, una hija y un hijo, Santiago tiene 8 años y Valentina tiene 14 años, uno juega a la pelota y es hincha de Lanús, y estoy separado. La actividad saca mucho tiempo a la familia, es así, son desafíos que te va tocando transitar. Y esto es la construcción, el tiempo, son también los compañeros que estuvieron antes en las comisiones o dentro de las escuelas, que te fueron formando, que te fueron viendo que vos podías estar representandolos. Es difícil hasta para el que trabaja 8 horas, algo que casi ya no existe. Hablo de eso de antes donde un puesto de trabajo significaba que uno entraba a un horario y salía en otro y ya estaba, se iba a la casa, hoy eso cambió mucho.