Con un listado de cesanteados pegado en la puerta de ingreso a las 4AM, horario de entrada de uno de los turnos, la firma Atanor anunció la nueva etapa del ajuste sobre los trabajadores químicos. Se trata de 24 despidos en la planta de Río Tercero, Córdoba, en la que había prometido inversiones y un futuro de prosperidad y expansión.
Omar Barbero, secretario General del gremio de Petroquímicos de Río Tercero contó que la decisión fue inesperada y que los tomó por sorpresa. «Mintieron. Nos dijeron que en Río Tercero iban a invertir y que nos quedemos tranquilos», contó.
Ahora, mientras los empleados se manifiestan en el ingreso de la planta, desde el gremio esperan la intervención del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba para encontrar alguna instancia de negociación o diálogo.
En el transcurso de la mañana, tras comunicar los despidos por un listado, Atanor colocó otro comunicado en el que hablaba de la difícil situación que atraviesa la firma y el agro para justificar la decisión. «Acá el producto final es vinculado al agro por lo que no debiera tener problemas como los que dicen», explicó Barbero.
La empresa ya había cerrado en febrero sus plantas ubicadas en Baradero y en Munro, en la Provincia de Buenos Aires, y había informado a los más de 160 trabajadores que se quedaban son empleo por un papel pegado al ingreso.
En aquel momento Atanor sostuvo: “Continuamos con un proyecto de inversiones en el país para promover sinergias que permitan seguir ofreciendo un servicio y productos de alta calidad a sus clientes, con el objetivo de fortalecer año tras año el posicionamiento de la compañía en el mercado de protección de cultivos”. Entre las inversiones que habían prometido se encontraban las de Río Tercero que nunca llegaron.