ATE Capital al borde de la ruptura

Desde que el camionero Hugo Moyano lanzó la convocatoria a la medida de fuerza del jueves la Asociación de Trabajadores de Estado (ATE) Capital Federal es un hervidero. Es que la conducción del sindicato, bastión  y columna vertebral de la CTA disidente que conduce Pablo Micheli, está partida en la CABA y se hace cada vez más dificultosa la convivencia.

Mientras desde la cabeza de ATE se anuncia que se plegarán al paro de 36 horas del michelismo, las internas recrudecen. Ayer un comunicado firmado por parte de la comisión directiva entre los que se encuentran Humberto Rodríguez, secretario general adjunto y Luciano Fernández, secretario gremial, afirmó que «Ante la falta de debate en nuestra organización los trabajadores estatales nucleados en ATE Capital, no adherimos al paro nacional de 36 horas que quiere imponer José Luis Matassa desde la Secretaría General».

Los dirigentes estatales denuncian que el plenario para debatir la decisión del sindicato se realizó sin legitimitdad, sin representación y con violencia para callar las posturas disidentes.

Según el mismo escrito desde la conducción de Matassa «No ha existido un proceso de construcción necesario para la adhesión y convocatoria de todos los compañeros».

Además agregaron que «En ATE Capital, el Secretario General revive viejas prácticas que solo defienden y se recuestan en el aparato y la caja, con una política alejada de las bases e incluso muchas veces contrapuesta a ellas».

El estallido que fue la convocatoria al paro general del jueves y las repercusiones ponen a ATE Capital pendiendo de un hilo. Los opositores a Matassa no sólo que no quieren parar sino que lo acusan de haber suspendido los plenarios de delegados y de haber intervenido secretarias como la de Acción Social, Gremial, Organización y Comunicación, con fraude y con patotas a sueldo contratadas para amedrentar a los que piensan distintos.

Acusan a Matassa  de «imponer un paro, dejando de lado la participación de los compañeros que, como es tradición en ATE, quieren debatir y participar democráticamente de las decisiones políticas del gremio».

Mientras que Matassa ya confirmó que su seccional se plegará no sólo al paro, sino también a las movilizaciones con las que la CTA pretende activar un «paro dominguero», desde la oposición afirman que la mayoría de los estatales porteños trabajarán. ATE por ahora se dobla y está al borde de quebrarse.