El gremio llega a la reunión paritaria con la decisión de una huelga total en las sucursales antes de fin de mes. Buscan una recomposición salarial por un período corto que esté por arriba de la inflación. Además, respuestas al impacto de Ganancias en los salarios. La pelota del lado empresario.
Con la decisión del secretariado nacional de la Asociación Bancaria (AB), de ir a una huelga total por 24 horas en las sucursales antes de fin de mes en caso de no obtener respuestas en la discusión salarial, el gremio que encabeza Sergio Palazzo se presentará hoy a una audiencia clave.
Será otro encuentro en el marco del Ministerio de Trabajo de la Nación para definir algún entendimiento inicial en la paritaria 2023 que tuvo su puntapié inicial hace un mes y medio.
La pelota está del lado empresario. La propuesta que acerquen podría diferir o detener el paro. De hecho el gremio no precisó la fecha a la espera de una respuesta en la jornada de hoy.
«Esperamos que las cámaras empresarias recapaciten y traigan este jueves a la nueva audiencia convocada por el Ministerio, una propuesta que contemple y satisfaga todas las necesidades de las y los trabajadores Bancarios», sostuvo el último pronunciamiento de la Bancaria.
Concretamente, lo que piden los bancarios es un acuerdo corto que esté por arriba de los índices inflacionarios y una solución para el impacto de Ganancias en los haberes.
La semana pasada InfoGremiales había revelado en exclusiva que buena parte de los dirigentes bancarios. tenían la sospecha de que los banqueros jugaban en tándem con Sergio Massa para evitar que obtengan el incremento salarial que pretenden y que está por encima del modelo que promueve el Ministro de Economía para esta ronda de negociación colectiva.
Es conocida y pública la relación estrecha que existe, desde hace mucho tiempo, entre el ministro, Jorge Brito y otros de los principales nombres de la actividad. En la práctica son quienes definen la postura de la cámara que nuclea a las entidades privadas.
En ese contexto el hecho que despertó las mayores suspicacias fue que la posición de las entidades privadas se sostiene más aferrada a la del tigrense que la de los representantes de la banca pública.