El Gobierno volverá a explorar una negociación con la CGT para sumarla al Consejo de Mayo. Es luego de que la central diera un portazo y se retirara de la mesa de diálogo social. Julio Cordero y Guillermo Francos son los funcionarios abocados. Daer había cerrado las posibilidades.
«El Gobierno quiere que nos sentemos a convalidar una pérdida de derechos y no lo van a conseguir» dijo este miércoles el cotitular de la CGT, Héctor Daer, cuando volvió a argumentar la ausencia de la CGT de la mesa de Dialogo Social. Se trata de los encuentros tripartitos que promociona el Gobierno Nacional vía el súper ministerio de Capital Humano.
Ahora y tras el portazo de Azopardo, se conoció que el Gobierno intentará recomponer lazos y terminar integrando a los sindicalistas al Consejo de Mayo, el órgano que conformarán distintos sectores para consensuar proyectos de ley que traduzcan en medidas reales los diez puntos del Pacto de Mayo.
«El secretario de Trabajo (Julio Cordero) tiene contactos constantes con la CGT. Estaría bueno lograr integrarlos al Consejo de Mayo», le dijo a la agencia de Noticias Argentinos un influyente funcionario de la gestión libertaria con despacho en la Casa Rosada.
La central obrera se bajó del diálogo social que puso en marcha el Gobierno días atrás, con el que buscará avanzar en la reglamentación de la Ley de Bases que aprobó el Congreso y que es visto como la instancia previa al Consejo de Mayo.
En ese marco, los días fueron corriendo y ya se cumplió la mitad del plazo de un mes que dispuso el decreto para conformar el Consejo de Mayo, que estará compuesto por un funcionario del Ejecutivo, un diputado y un senador nacionales, un gobernador, un empresario y -si la gestión libertaria lo consigue- un sindicalista.
En ese marco, Cordero y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, también con vínculos con el gremialismo, deberán trabajar a contrarreloj para lograr sentar a un representante de los sindicatos en el Consejo, aunque el dirigente consultado advirtió que el plazo de 30 días para su creación podría estirarse.
Para conseguirlo, los funcionarios deberán acercar posturas con la plana mayor cegetista que, si bien está dividida entre dialoguistas y duros, hay un malestar compartido por todos en torno a las reformas laborales como Ganancias y la nueva figura de «colabores independientes» para que empresas puedan tomar hasta tres trabajadores bajo el sistema de monotributo, dos cuestiones que integran la aprobada Ley de Bases y que cayeron muy mal en los sindicalistas.
Al respecto, el dirigente libertario del círculo íntimo de Javier Milei reconoció que se decidió avanzar de todos modos con la reglamentación de la vuelta del impuesto a las Ganancias y ratificó que el Gobierno no bajará la apelación que hizo en la Justicia para que entre en vigencia la reforma laboral que contiene el mega DNU y que la CGT logró dejarla en suspenso con un amparo.