Aunque volverán a verse las caras por San Cayetano, la crisis de representación también resquebraja la relación entre la Iglesia y los sindicatos

(Por Pablo Maradei) El 7 de agosto las centrales sindicales volverán a movilizar en unidad y participarán de la Misa por San Cayetano. De fondo, desconfianza cruzada entre la Iglesia y la CGT por el rol en el Gobierno del Frente de Todos que todavía no les permitió reunirse a pesar de la gravedad de la situación social.

«Los obispos de ahora no son como los de antes«, dice un dirigente sindical de vínculos muy fluidos con la Iglesia. Enumera: «Antes, por ejemplo, una vez por año en Tanti, Córdoba, Raúl Primatesta convocaba, durante un fin de semana, a todos los gremios al hotel de los bancarios». Sigue: «Antes lo tenías a Jorge Casaretto y más lejos en el tiempo a monseñor Justo Laguna. Cierra el listado: «Hasta incluiría, estando de acuerdo o no con su pensamiento, al ultraconservador y menemista Emilio Ogñenovich». Y cierra: «Había una política activa, hoy no».

Desde la Pastoral Social, en absoluto off the record, devuelven ante la consulta de InfoGremiales de por qué no hay fotos de la Iglesia – CGT cuando, por mucho menos durante el gobierno de Mauricio Macri, se mostraban en fotos en encuentros en la sede de la Conferencia Episcopal ubicada en la calle Suipacha al 1000 de la que este cronista fue testigo más de una vez: «¿Qué te suma juntarte con sindicalistas?», contraatacan ásperos ahora. Siguen: «Son todos señores millonarios que dejaron empobrecer a sus representados durante estos últimos gobiernos y no salieron a la calle». 

– Bueno, pero muchos de esos sindicalistas han ayudado a la Iglesia en silencio también, apuntó InfoGremiales

– Son las dos caras de la misma moneda: la Iglesia se inmoló por Massa y ¿ahora va a asomar la cabeza con sindicalistas que se comportaron igual? 

Y también esta misma fuente eclesiástica da lugar a la autocrìtica: «La Iglesia está subsumida en el silencio, en el gobierno de Alberto Fernández no hablaba: ¿con qué autoridad lo van a hacer ahora?». Agrega: «Hay, al igual que el sindicalismo, una crisis de representación«. Finaliza: «Esa crisis que ves en el sindicalismo la vez en la Iglesia: tomá el caso de las misas temáticas que se inventaron ahora; esto es un culto y la gente va a una misa al encuentro de Dios y de la Fe; no a reivindicar cualquier cosa».

Lo que coinciden ambas partes es que «orgánicamente no hay nada, hay sindicatos sueltos que forman parte de la pastoral social, que conduce a nivel porteño el padre Carlos Accaputo; y a escala nacional lo hace el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones». «Se hacen trabajos conjuntos en las villas, aportando desde los sindicatos comida y ropa, pero eso no se ve». 

Lo cierto es que este 7 de agosto los movimientos sociales y la CGT junto a sectores eclesiásticos se mostrarán en la marcha que tuvo su génesis en 2016, exactamente en el gobierno de Macri. Fue multitudinaria; algo que podría replicarse ahora debido a los malos índices económicos laborales de la gestión libertaria. Dato de esta semana: en estos primeros 6 meses del año, 600.000 trabajadores dejaron de aportar a la seguridad social; y se cerraron 330.000 cuentas sueldos.

Por lo que supo este medio, participará en algún tramo de la movilización Héctor Daer; y seguramente también estará presente Pablo Moyano. Por supuesto que también participarán gremios que movilizarán por su cuenta. A la par de que cae la capacidad de generar empleo privado, sube la desocupación; alarmas rojas sí las hay. Pero el sindicalismo tiene varios frentes abiertos: la reforma laboral, la resolución del DNU en la Corte y, por supuesto, Ganancias. Pero hablar de Ganancias en una marcha para pedir trabajo es un insulto, en el estado de situación, a San Cayetano.

Aunque volverán a verse las caras por San Cayetano, la crisis de representación también resquebraja la relación entre la Iglesia y los sindicatos