Cada vez son más las marcas de ropa que atraviesan complicadas situaciones financieras y se ven obligadas a solicitar concursos de acreedores. El último caso es el de la firma de indumentaria femenina Ayres, que se suma a otras como Ay Not Dead, Wanama y Cook y Legacy.
«Presentamos el concurso de acreedores hace unas semanas. Tenemos una situación financiera que resolver y estamos tratando de negociar y ponernos de acuerdo con los bancos. Las empresas del sector textil son el rubro más castigado», explicó Gabriel Isersky, titular de Engrama, dueña de la marca Ayres a Infobae.
«Nuestra situación se agravó con la devaluación del año pasado. Trabajamos con muchos materiales importados y de repente debíamos en dólares el doble de pesos. Necesitábamos el doble de capital de trabajo, es una combinación mortal. Cuando los bancos vieron que el sector estaba en problemas cerraron todo tipo de financiación, lo que empeoró la situación», señaló Isersky.
El rubro de indumentaria es uno de los más golpeados en el mercado interno: las ventas de febrero disminuyeron 13,8% en comparación con el mismo mes del año anterior, según los datos de CAME.
Con todo, Ayres seguirá produciendo y no planea cerrar locales. Si bien desde la empresa tienen alguna expectativa de una leve recuperación del consumo por el año electoral, reconocen que esta crisis es la más difícil que les tocó atravesar.