Sin conflictos y un mes antes de lo habitual, Luis Barrionuevo abrochó la paritaria de los gastronómicos. En silencio, «Bandeja» que vuelve a estar de buenas con el Gobierno Nacional después de unos meses de tensión, firmó por el 24% de suba salarial a pagarse en dos tramos y no incluyó cláusula gatillo, un reaseguro que se extiende en todo el arco gremial por temor a una disparada inflacionaria como ocurriera en 2016.
El convenio que se homologa hoy en el ministerio de Trabajo se compone de un primer tramo del 12% a pagarse en julio (por haberes de junio) y otro del 12% en diciembre (por sueldos de noviembre). A su vez, habrá dos sumas fijas de $ 1.000 cada una a abonarse la primera en junio y la segunda en julio. El acuerdo corre hasta 31 de mayo de 2017.
El año pasado se habían firmado acuerdos semestrales pero en el gremio consideraron que la proyección de la inflación será «en torno al 25%» por lo que consideraron cerrar como lo hicieron siempre, es decir anualmente.
La paritaria gastronómica se fue acordando de a partes en el último mes porque hay cuatro ramas involucradas: la de los trabajadores de bares, restaurantes y hoteles de una a tres estrellas; y por otro lado la de empleados de hoteles la de cuatro y cinco estrellas. La tercera corresponde a los afiliados que trabajan en cocinas de hospitales, comedores escolares y fábricas. Y la última es la que abarca a todo el personal del rubro que trabaja en la provincia de Tucumán, que tienen un convenio colectivo aparte. En total son 221.000 afiliados.
Fuentes de la actividad le ratificaron a Clarin un mapa del sector que no es para nada alentador: «La temporada fue muy mala, en 2016, perdimos 16.000 puestos de trabajo y en lo que va de 2017, unos 9.000». Eso va en línea con las cifras difundidas en las últimas semanas por el propio Barrionuevo.