Mariano Moreno, líder de la oposición, ganó ayer los comicios del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo. Desbancó a Julio González Insfran quien conducía la organización desde el 2009.
Ayer se clausuraron los larguísimos comicios en el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo y los resultados arrojaron un batacazo.
La Lista Naranja, encabezada por Mariano Moreno, resultó ser la ganadora y desbancó a Julio González Insfran quien era el titular de la organización desde el 2009.
Moreno cosechó 601 votos favorables y será el secretario General por el período comprendido entre el 16 de febrero de 2022 hasta el 2026 inclusive.
Insfran supo ser una de las espadas gremiales de Cambiemos durante la gestión de Mauricio Macri, un hombre referenciado en Miguel Ángel Pichetto y en los últimos años trató de recluirse bajo el paraguas de la CGT.
El capitán Julio Benjamín Gonzalez Insfrán llegó a la Comisión Directiva del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo en 2004, para luego asumir como Secretario Adjunto en 2009, y como Secretario General en el 2013. Desde 2014 también forma parte de la ITF International Transport Workers’ Federation, donde fue electo Vicepresidente Internacional de Navegación Interior.
En la previa de los comicios una acusación había sacudido a la organización. El propio Insfran fue denunciado en diciembre ante la Justicia por abuso sexual y amenazas agravadas en contexto de violencia de género. La causa ya tramita en el Juzgado Criminal y Correccional N° 61.
Una empleada del gremio lo acusó de haber abusado sexualmente de ella dentro de su despacho en repetidas oportunidades bajo distintas amenazas.
Según el relato de la denunciante, González Insfrán preparó el terreno de sometimiento a través de discursos que le recordaban que él es una persona muy poderosa, de tal forma de intimidarla y lograr su silencio.
Aunque su jefe directo era el tesorero de la obre social, Jorge Bianchi, ella cuenta que González Insfrán la citaba constantemente en su oficina, donde lentamente ejerció violencia laboral sobre ella. Pasó de hacerla sentir incómoda con tratos fuera de lugar hasta llegar a realizarle «vejaciones aberrantes», de las que no daremos detalles a pedido expreso de la víctima de preservar su intimidad.