El gremio de camioneros de Brasil llevó ayer adelante el quinto día de paro que tiene paralizado todo el tráfico comercial del país carioca. Por todo el país hay hospitales desabastecidos, los supermercados se van quedando vacíos y cada vez más aeropuertos cancelan vuelos nacionales e internacionales. Los conductores protestan por el astronómico precio del combustible, algo a lo que el débil Gobierno de Temer no ha sido capaz de ofrecer solución. El sólo hecho de suspender el trasporte y bloquear las rutas al inmovilizar los camiones está causando estragos en la débil economía brasileña.
Lo que el pasado lunes era una serie de manifestaciones aisladas en ciertas autopistas brasileñas, la protesta de algunos camioneros del país por el precio del combustible, ayer se había convertido en una crisis nacional. Casi la mitad del millón de conductores que conforman el gremio llevaban cinco días sin trabajar, lo que ha acabado dejando a Brasil, el país quinto más grande en extensión geográfica del planeta y el más dependiente en sus carreteras, reducido al papel de prácticamente un rehén.
La ciudad de São Paulo, la más rica del país, en la que viven 12 millones de personas, decretó que la ciudad estaba en estado de emergencia, lo que le capacita para requisar bienes privados. Como por ejemplo, el preciado combustible.
Si la población se siente atrapada en este pulso entre camioneros y la petrolera estatal, Petrobras —parcialmente responsable del precio del combustible—, más lo ha demostrado estar el Gobierno de Michel Temer. En los cinco días que dura ya la parálisis del país, no ha dado con ninguna solución que abra el paso en ninguno de los 534 bloqueos que hay por las autopistas de los 25 Estados. Ayer por la tarde Temer amenazó, finalmente, con usar a las Fuerzas Armadas para desbloquear las carreteras, pero esa medida extrema fue solo la última de una serie de intentonas.
El miércoles por la noche, el Gobierno presumió de haber convencido a Petrobras de que bajase el precio del combustible al menos un 20% los próximos días: a los camioneros del pareció insuficiente, y las acciones de la empresa estatal se desplomaron. En total, la Bolsa brasileña bajó un 4,3% como consecuencia de esa decisión, en lo que ya era un mes malo para la economía.
Para tener una referencia de la escala de la crisis y cómo funciona respecto de la cadena de valor en Argentina -dónde el aumento del combustible está frenado por un acuerdo temporal entre el gobierno y las petroleras- el litro de gasoil en Brasil está por debajo de los 0.70 U$S, mientras que en argentina orilla el valor de 1 U$S el litro