La candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, se sumó a la ola de críticas a las reuniones entre Javier Milei y distintos sindicalistas. «La Argentina necesita un cambio de gobierno, de régimen, de filosofía», planteó.
La candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, criticó a su rival de La Libertad Avanza, Javier Milei, por su acercamiento a líderes sindicales y afirmó que es «difícil que algo nuevo se construya con los Barrionuevo de la vida».
La referente del PRO aseguró que las elecciones generales del 22 de octubre son la «batalla final contra la ideología kirchnerista». «La Argentina necesita un cambio de gobierno, de régimen, de filosofía de gobierno, un cambio verdadero, que se anime, que tenga espalda, coraje y liderazgo. Éso es lo que representa Juntos por el Cambio. Es importante terminar con el kirchnerismo de una vez, porque ha destruido el país», señaló la ex ministra de Seguridad.
Al ser consultada sobre la figura del libertario, Bullrich buscó diferenciarse y pidió que Milei «siga subido a una motosierra», ante lo cual insistió en que Juntos por el Cambio apunta a «reparar, construirle a los argentinos un camino de salida. Hay que sacar obstáculos, muchísimos: las mafias sindicales, políticas, empresariales».
En ese sentido, se refirió al acercamiento que tuvo el candidato de La Libertad Avanza con el mundo sindical, ya que en las últimas semanas mantuvo reuniones con referentes como Gerardo Martínez y Luis Barrionuevo. «Difícil que algo nuevo se construya con los Barrionuevo de la vida», lanzó.
Y también puso el foco en la salud mental del libertario: «Me preocupa la inestabilidad de las personas, porque conmigo tenía una relación y un diálogo más o menos civilizado y de un día para el otro comenzó con insultos y diatriba. Que esa violencia verbal, brutal la tenga alguien grande, como Milei, es peligroso».
Finalmente, Patricia Bullrich se refirió a la posible visita del papa Francisco a la Argentina en 2024: «Merecemos que el Papa venga a su tierra, a su casa de Flores, a su parroquia, recorra el país como lo hacía cuando era cura. Independientemente de lo que cada uno pueda pensar de él, (la concreción de una visita papal) es una deuda con la Historia, que no la podemos dejar pasar».