La secretaria Adjunta de la regional Córdoba de la CGT, Ilda Bustos, cuestionó la intervención resuelta por Azopardo y criticó la idea de imponer una conducción desde Capital. «La unidad del movimiento obrero se construye, no se impone» señaló. Además planteó que la central obrera a nivel nacional atraviesa una «crisis de representación.
La CGT Nacional resolvió intervenir la Regional Córdoba en el marco de un proceso de normalizaciones. Se trata de un intento de reemplazar una conducción que, según explica la dirigente gráfica Ilda Bustos y secretaria Adjunta de la Regional, «es una realidad desde hace varios años, como resultado de un entendimiento de las organizaciones sindicales que la integran, sobre la necesidad de la unidad del Movimiento Obrero Organizado».
«Esa unidad es una condición indispensable para llevar adelante las decisiones mayoritarias y las acciones que se deben realizar para que las y los trabajadores ocupen el lugar que corresponde, como hacedores de toda la riqueza que se genera en nuestra Patria, con derecho a una distribución justa de los recursos y a vivir con Justicia Social», señala Bustos.
Para Bustos, ese proceso se dio en un contexto en el que «los grupos concentrados del poder económico se apropian de los resultados del crecimiento de la economía, fugan capitales, evaden limitando el financiamiento del Estado nacional, remarcan los precios a su gusto, generando una inflación incontrolable que pulveriza los reajustes salariales, jubilaciones, pensiones y programas sociales; avalaron el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, apropiándose de la renta nacional a niveles nunca igualados en la historia».
Además ocurrió «con el grupo agroexportador que presiona hasta lo imposible para seguir acumulando mientras siembran el hambre para una gran parte de la población», con «una Justicia amañada a los intereses de los mercados y están blindados por los medios de comunicación hegemónicos que machacan constantemente con las razones de sus intereses, para transformarlos ficticiamente en los intereses de todas y todos».
«La realidad hoy también son las y los desocupados, quienes integran la economía informal con niveles de precarización y explotación sin antecedentes y «las formas de contratación -tanto en el Estado en todos sus estamentos como en el sector privado- carentes de derechos laborales, sociales y previsionales elementales», añadió.
«Con la mitad de la fuerza laboral no registrada y sin derecho alguno a defenderse» y «con la embestida de las patronales para evitar la afiliación y participación en los sindicatos», Bustos remarcó que «la CGT Regional Córdoba, no ha dejado de reclamar por esta realidad, con movilizaciones y acciones».
Para la dirigenta, a ese panorama social y económico se le suma hoy «una crisis de representación sindical a nivel nacional que se expresa de muchas maneras y que debilita al Movimiento Obrero en su capacidad de respuesta».
«Una parte importante de esa crisis es la ausencia de participación y representación de jóvenes y de las mujeres trabajadoras» remarcó Bustos y planteó que esa crisis «se expresa en la falta de un programa del Movimiento Obrero».
«¿Y qué hace la CGT Nacional ante este panorama? Decide intervenir a la CGT regional Córdoba. Y lo hace con una CGT que funciona y da respuestas donde se acumula el mayor grado de unidad que se ha conseguido en los últimos años, con la conducción del compañero José Pihen, por la voluntad unánime de las organizaciones que la integran», explicó.
«Sin que funcionara nunca en estos últimos años el Confederal de las Regionales de CGT ni recorrieran el país para verificar la realidad de las y los trabajadores argentinos más allá del ejido de la CABA, hoy se despachan con este anuncio que no tiene validez ni legitimidad», disparó Bustos.
Y agregó: «Sólo sirve para confundir en momentos en que la obligación de la dirigencia es poner claridad y compromiso en pos del legado del peronismo que encarnan el General y Evita. Algo que parecen haber olvidado».
Para Bustos «el anuncio está recibiendo el rechazo y el repudio de los sindicatos que integran la CGT Regional Córdoba, calificándola de una acción trasnochada y absurda en momentos en que la dirigencia sindical debe asumir responsabilidades frente a las dificultades que atraviesan la clase trabajadora y los sectores populares en nuestro país, atacados por los eternos enemigos del desarrollo y el progreso con justicia social».
Y concluyó: «Afirmamos que la lucha continúa por la dignidad del trabajo y la unidad del Movimiento Obrero Organizado basada en un programa que conduzca las acciones tan necesarias para modificar la realidad».