Las reciente PASO porteñas volvieron a demostrar algo que se sabe largamente: la Ciudad de Buenos Aires es un territorio hostil para las incursiones de los gremialistas en la arena política. Eso quedó plasmado en los últimos comicios y lo sufrieron el arco sindical completo, tanto oficialistas como opositores.
Por el lado de la CGT Azoaprdo su principal apuesta fue el Movimiento para el Bien Común, un espacio liderado por Gustavo Vera con el férreo el acompañamiento de Julio Piumato. Además, en las interna del partido apareció como opción la lista que comandaba el particular titular del APOPS, Leonardo Fabré. Ese conjunto de voluntades apenas sumó el 0.64% y no superó las PASO.
Algo parecido le ocurrió a los gordos de la CGT con su apuesta por el Frente Renvoador. Con un candidato del riñón de Héctor Daer, la nómina que comandaba Guillermo Nielsen no llegó al 1%, se convirtió en el papelón más grande de la jornada y tampoco estará presente en las generales.
Por su parte la CTA de los Trabajadores repartió sus adhesiones. Una porción apoyó al candidato del FpV Anibal Ibarra, que apenas llegó al 2% y otra a la Alianza Alternativa Buenos Aires que lideraba Pablo Ferreyra, nómina que con el 0,41% tampoco salto el cerco de las PASO.
Desde la CTA Autónoma habían jugado sus fichas por la alianza Camino Popular. El espacio, que para jefe de gobierno lideraba Claudio Lozano, todavía pugna voto a voto por meterse en las generales, aunque por el momento los resultados lo dejan afuera (1,44%). En esta nómina sí consiguieron pasar a los comicios generales en la categoría para legisladores y tendrán representantes bajo la candidatura de Itai Hagmnan.
La CGT oficialista también hizo su apuesta. Con una importante inserción en la estructura partidaria del PJ porteño que lidera Víctor Santa María, los porotos estuvieron puestos en a la lista de Mariano Recalde. Aunque la performance estuvo en lo esperado, ninguno de los legisladores representantes de los distintos gremios accedería a una banca en las elecciones generales.
Párrafo aparte para el apoyo encubierto de la CGT Azoarpo a Gabriela Michetti en la interna del PRO. Negociado por el propio Gerónimo «Momo» Venegas, titular de la UATRE, los gremios moyanistas le pusieron fiscales y estructura de campaña a la candidata que terminó derrotada ampliamente por Horacio Rodriguez Larreta.
Una vez más los resultados electorales no le dieron motivos para festejar ningún gremialista en el territorio porteño. Por ahora la ciudad capital seguirá siendo tierra impenetrable para los sindicalistas que, seguramente, en dos años regresarán a la carga.