Por Alejandro Ulloa* @GitanoUllo
Alberto Fernández puso en marcha una serie de medidas de gobierno que mejoran la situación inmediata de los más pobres. La Tarjeta Alimentar para madres y padres con hijos pasa la edad máxima de los hijos de 6 a 14 años y subió a $12.000 mensuales el monto para los hogares con 3 o más hijos. Se abrió un programa de comercialización de vegetales y alimentos frescos a través del Mercado Federal Ambulante, hasta 40% más baratos que en comercios minoristas.
Los puntos de venta de carne con menor precio ya son mil. Sin embargo, lo positivo no es hermano de lo necesario: las 8 mil toneladas liberadas significan menos de un 5% del consumo anual y no alcanzan para quebrar la tendencia de consumo a la baja. Los bolsones para pobres no resuelven la falta de precios justos y accesibles para todos y un salario mínimo por encima de la línea de pobreza.
Juan Grabois, Emilio Pérsico y Dina Sánchez, desde los distintos sectores de la flamante Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), “valoran el esfuerzo” pero afirman que “mejor sería generar trabajo con un plan de viviendas. De esta forma somos consumidores, no trabajadores. Es pan para hoy, hambre para mañana”.
“La plata tiene que dar varias vueltas en la sociedad para que sea un giro virtuoso del dinero de la gente”, recuerda Pérsico sobre los dichos del general Juan Domingo Perón.
La propina es una gratificación pequeña dada voluntariamente al que presta un servicio. Hay gremios, países y regiones del mundo donde ni siquiera se acepta. En nuestro país las pequeñas mejoras que eviten medidas de fondo son buenas intenciones que decoran el camino hacia el infierno.
El sistema económico falló de nuevo. La crisis precedente sumó su pesada herencia al Covid19 y quedamos en bolas y a los gritos. La indecisión ante los grandes temas desnuda el surfilado inestable de la coalición gobernante, que va y viene de Vicentin a la red troncal fluvial, se enmaraña con las energéticas, soporta el cachetazo de un intendente que repudia el DNU presidencial con la justicia alineada y con tufillo a golpe institucional. El cambio no se va a dar solo, hay que crear la relación de fuerzas para generar trabajo y defender la soberanía para poder decidir ante el ataque fiscalista liderado por el “negociador” Guzmán. No tenemos apuro, pero las urgencias están.
Tener espalda para bancar
Luego del arreglo logrado con los bonistas privados parecía que Martín Guzmán iba derecho hacia el estrellato. Pero los acreedores vienen por todo y reclaman la tierra, los minerales, el agua; los servicios. La intencionalidad perversa de la oposición neoliberal necesita un nuevo ciclo de gobierno para completar la secuencia del robo y la depredación.
Una coalición diversa en sus orígenes y su ideología los enfrenta desde el gobierno y sus aledaños con intensidad variada. Guzmán procura intereses que sirvan al equilibrio fiscal con costos imposibles para un país diezmado por las muertes de pandemia y la pobreza. El presidente parece absorbido por otras cuestiones y respalda a su ministro. Parecen agotados, están débiles a ojos vistos. El fiscalismo perjudica a la base social del gobierno y la proximidad de las elecciones enciende los alertas.
Queda claro que el problema no es Federico Basualdo o la ortodoxia de Guzmán. El drama es la persistencia del enemigo, su ataque sistemático. El problema de la energía no puede ser la tarifa, que ya fue aumentada sideralmente con Mauricio Macri. Marcelo Mindlin antes, ahora la sociedad Vila-Manzano que recibió el negocio, toman como parte de la tarifa el costo de la inversión. Eso no es realista, ya que si las energéticas dan pérdidas no se les puede pagar ni un mango para que fuguen la torta a los paraísos fiscales. Instalar cámaras transformadoras para mejorar las redes de distribución es una deuda en el debe de las eléctricas. Como aquellos diez kilómetros por año prometidos del subte de Macri, nada se ha hecho con la fortuna recaudada con el 3.000% de aumento en las tarifas.
La lucha sindical ya no es solo por salario y el kit escolar de marzo de cada año. Los trabajadores no piden solo entradas a la pileta o un delantal y los botines. Ahora el reclamo es por decidir sobre los grandes problemas de la vida nacional como las tarifas, las nacionalizaciones de los servicios públicos y la Hidrovía. Carlos Minucci, de la Asociación del Personal Superior de la Energía Eléctrica(APSEE), en la CFT, señaló la necesidad de responder todas las veces que sea a los ataques de las multinacionales y las patronales en su conjunto.
Para ver los puntos que calza la patronal argentina basta seguir las ideas de un formador de precios que se precia y llega como cabeza de serie a la Unión Industrial Argentina (UIA). Cuando fue la discusión por el salario mínimo Hugo Yasky tuvo un round de fintas con el referente de las grandes alimenticias, Daniel Funes de Rioja. El empresario no quería cláusula de revisión del acuerdo y el diputado discutió su postura. De paso, aprovechó para pedir controles a los formadores de precios y presencia de las Pymes.
Resultó un escaso 35% en 7 tramos del Salario Mínimo Vital y Móvil y una cláusula de revisión para septiembre próximo. Yasky señaló que “no tiene ningún sentido que nuestros aumentos queden en manos de los formadores de precios cada vez que vamos al supermercado”, tampoco le gustó a Funes de Rioja que el hombre de la CTA (T) pidiera por la presencia de las Pymes ya que era el propio sector empresario el que definía quién lo representaba. Considerando que Funes es un ajustador serial, esa peleíta no fue más que una pirotecnia verbal para el público que lo mira por TV.
Un objetivo y mucha humildad
Hay unanimidad en que el Frente de Todos debe seguir unido. El fantasma depredador del macrismo asusta a propios y extraños. La presencia de CFK a cargo de la presidencia en la semana de la gira presidencial europea, da una señal de la composición cuantitativa de la coalición y explica la espalda de Basualdo para resistir la ofensiva tarifaria. Sin embargo, como parte necesaria de cualquier análisis sobre la ofensiva contra el gobierno, el exabrupto de la Corte se lleva las palmas.
La Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) consideró que la decisión del máximo tribunal sobre la presencialidad constituyó “un nuevo tipo de ensayo golpista contra el Gobierno popular y el pueblo argentino”.
La Corte Suprema se fue de mambo. Nadie esperaba algo distinto desde que Macri designó a dedo a Horacio Rossati y Carlos Rosenkrantz. Llovieron respuestas. El espacio que lidera el bancario Sergio Palazzo y Héctor Amichetti castigó al máximo tribunal y el fallo que avaló al gobierno de CABA respecto de las clases presenciales. “No a los ensayos golpistas: Lo mejor es que se presenten a elecciones y salgan del privilegio”, afirmaron mediante un documento.
“El fallo tomó partido por la Covid-19, enfrentó una disposición que protege a los niños, sus familias y la sociedad, y promovió el desacato a disposiciones oficiales”, remarcó el espacio gremial, que forma parte de la CGT pero es crítico de su conducción. En sus trazos estratégicos, el documento señala que “Es preciso transformar el país desde la periferia hacia el centro, desde los pueblos hacia las ciudades, desde las provincias hacia la Capital Federal”.
Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) criticó duramente al gobierno municipal: “Los y las docentes estamos en la puerta de las escuelas, en los semáforos y en las calles, en memoria de los compañeros fallecidos por COVID-19 y exigiendo vacunación para poder dar clases sin enfermar ni morir. Mientras el Gobierno de la Ciudad no garantice ni continúe con la campaña de vacunación docente exigimos que la educación pase a la modalidad virtual hasta que se pueda garantizar la vida y la salud de docentes, auxiliares, alumnos, alumnas y sus familias.” Los trabajadores no resignan su presencia en las calles.
La seguidilla de muertes de trabajadores de la educación abre un frente judicial para Larreta con múltiples denuncias. Memoria y dolor. Esta semana la actividad contra los contagios programados de Larreta sale a visibilizar el conflicto con semaforazos en las calles aledañas a los colegios. La retención de tareas, que incluye a los auxiliares de ATE, servirá de telón de fondo al escenario macabro de las clases en la ciudad.
Financiar las Obras Sociales
El presidente recibió a la CGT en Olivos. Dicho así parece auspicioso. El Presidente no aceptó el nombre del sucesor propuesto por los cegetistas y les anticipó que el reemplazante del fallecido Eugenio Zanarini en Servicios de Salud será Daniel López. En un contexto amable, la financiación de las obras sociales estuvo como centro de mesa y los jefes sindicales hablaron del control de precios.
Héctor Daer y Carlos Acuña, rodeados de su mesa chica, se llevaron una vaga promesa oficial de atender viejos reclamos sobre la financiación de las obras sociales y sobre un trabajo específico para contener la inflación que se lleva los aumentos vía paritarias. Los gremialistas confirmaron que “se ratificó el objetivo de paritarias salariales mayores que la inflación anual”.
Para muchos jefes sindicales excluidos de los círculos de las decisiones, la realidad es que todo se hace sin confederal ni plenario de secretarios generales, con los gordos montando a pelo y marchando dudosos hacia un nuevo reclamo: “Poné la fecha”. Esta vez se pide un calendario cierto para el congreso cegetista que dará por terminado el mandato de Héctor Daer sin ningún sucesor a la vista.
Pirotecnia para la tribuna y los de afuera quedamos mirando. “Siempre terminamos hablando de la plata de las Obras Sociales”, se quejan los sindicalistas de media tabla para abajo.
La bola sigue viva
Hay un negacionismo de los comunicadores perversos que suman al “todo mal”. Ellos comunican bien, hacen “nado sicronizado” instalando todos al unísono mentiras o medias verdades como certezas absolutas. La narración del caos para generar malaria y fastidio buscando debilitar al gobierno confunde los objetivos centrales de la agenda de los trabajadores. Objetan la solidaridad y ls salida colectiva de la política para dar lugar al individualismo de “lo tuyo es tuyo y lo mío es mío”. Al final te la hacen creer de prepo. Pero la bola sigue en juego. Está viva. Estamos vivos.
Hay que darse tiempo para pensar y cotejar los dichos con lo que vivimos. Es necesario entender la realidad desde la clase baja, evitando caer en valoraciones de un progresismo que no toma en cuenta aspectos vitales de la supervivencia. No se puede criticar el amontonamiento en las ferias de barrios populares donde se manda a su casa a personas que no tienen casa para ir sin estar hacinado. O pedir clases virtuales cuando en el barrio no hay conectividad ni dispositivos para ejercer el derecho.
Cualquier autocrítica de la izquierda sindical debería recordar la alta sindicalización, el pleno empleo, las obras sociales poderosas que mejoraban el standard de vida de los trabajadores (buena cobertura sanitaria, lugares de esparcimiento, hoteles sindicales). Adelantar un proceso revolucionario que no estaba hecho carne en la mayoría del pueblo trabajador y solo era prioritario para una valiente vanguardia que involuntariamente permitió la instalación de un enemigo que estaba al acecho con su plan para ganarse al interior de nuestro país.
La ofensiva redoblada de Larreta y compañía contra los docentes no tiene respiro. La apretada es generalizada. Con especialidad en el espionaje y la vigilancia se suceden amenazas contra padres y docentes para mostrar presencialidad a las cámaras de televisión. Nuestros pibes y los trabajadores de la salud, entre los sectores vulnerables más golpeados, sufren un enorme estrés que nos tiene a todos al borde de la angustia. Docentes, trabajadores del transporte, personas de riesgo aún sin vacunar. Cada casa es un mundo. Pero todos son nuestros mundos. La resiliencia, la capacidad de adaptación debe surgir de la paciencia para acompañar y escuchar a quienes más lo necesitan.
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