Caló con Capitanich por Emfer y Tatsa

El líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló acompañado por una docena de delegados de las empresas en cuestión, se reunió en la Casa Rosada a primera hora de la tarde del viernes para abordar la problemática junto al jefe de ministros, funcionarios de los ministerios de Trabajo e Interior y representantes de la empresa.

El eje de la charla giró en el conflicto de trabajadores metalúrgicos por las empresas Emfer y Tatsa, que se encuentran al borde del cierre. Las plantas de reparación de trenes y colectivos del grupo Cirigliano producen sólo al 5% de su capacidad y los trabajadores reclaman la reestatización ante el peligro de que cierren sus puertas y se queden sin sus empleos.

“Se llevó al Gobierno el pedido de reestatización de la empresa porque ya no hay margen de negociación con los Cirigliano. Dijeron que van a estudiar el tema para ver a que solución se puede llegar”, informó un trabajador de Emfer, quien además precisó que las partes quedaron en volver a reunirse el próximo martes en la Rosada.

La situación de parálisis en las plantas Emprendimientos Ferroviarios (Emfer) y Tecnología Avanzada en Transporte (Tatsa), ubicadas en el límite entre el municipio de San Martín y la Ciudad de Buenos Aires, generó un fuerte conflicto con los empleados, quienes desde hace meses vienen realizando protestas con extensos cortes de la Avenida General Paz, a pocos metros del predio donde trabajan.

Sucede que 422 trabajadores esperan que se les asignen tareas, mientras -denuncian- avanza un vaciamiento en la fábrica, que semanas atrás comenzó a retirar los dispensers de agua de algunas oficinas. Los empresarios Mario y Claudio Cirigliano, quienes tenían la concesión de la línea Sarmiento y quedaron procesados como responsables por las 51 muertes en la tragedia ferroviaria de Once, se encargaban también a través de Emfer y Tatsa de la reparación y fabricación de trenes de las líneas que ellos operaban.

Esto se mantuvo así hasta que produjo el trágico siniestro y el Estado les quitó las concesiones al Grupo Cirigliano, además de disminuir los pedidos de reparaciones a las fábricas lo que, sumada la compra de nuevos trenes a China por parte del Ministerio de Interior y Trabajo, fue llevando a ambas plantas a un punto de parálisis.

El último pedido grande que tuvieron los operarios fue la fabricación y reparación de 67 coches entre noviembre de 2012 y febrero del año pasado y desde entonces los encargos disminuyeron drásticamente.

Ante el posible cierre de la fábrica, los trabajadores ven como única salida la reestatización, ya que consideran que están las maquinarias y la capacidad para producir y reparar en el país los mismos trenes que se compran a China.