Durante la campaña presidencial, Daniel Scioli confirmó que su ministro de Trabajo bonaerense, Oscar Cuartango, iba a ascender alMinisterio nacional, en caso de que ganara la elección. Aunque triunfó Mauricio Macri en el balotaje, el sciolista parece no haber sentido el golpe. Es que gran parte del equipo de Oscar Cuartango logró de todas formas el pase al gabinete de Nación, tras una serie de discretas negociaciones entre Triaca y el ex ministro bonaerense.
El ex director de Asuntos Legales de Cuartango, Diego Podaschevsky; el ex director de Relaciones Laborales, Marino Calcopietro; y el ex director de Inspección, Raúl Ferrara, todos sciolistas hasta hace poco más de un mes, ya se reacomodaron como directores nacionales bajo las órdenes de Triaca.
Convertido en subdirector de Relaciones del Trabajo macrista, Calcopietro ya tuvo que mediar en un conflicto gremial: el de los casi 200 despidos de Siderca, del Grupo Techint. Según el Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma, los echados privados ya superan los 10 mil, entre los de Cresta Roja, Paraná Metal, Austral Construcciones (de Lázaro Baéz) y otras.
El tomadismo, por su parte, también se reubicó en el gobierno PRO, pese a las críticas por los despidos masivos, de quien fuera ministro durante los 12 años del ciclo kirchnerista. Silvia Squire, de muchos años en el Ministerio de Tomada, quedó como Subsecretaría de Relaciones Laborales.
Ex funcionarias del núcleo tomadista, como Alejandra Cordeiro, Susana Barasatian y Mónica Sladogna (esta última, con el visto bueno de los metalúrgicos de la UOM y de la UOCRA), mantuvieron sus puestos como coordinadoras y directoras nacionales.
Triaca armó su gabinete en base a distintos guiños políticos: puso a un ex gerente de Techint, Miguel Ángel Ponte, como tercero en elministerio; como viceministro nombró a Ezequiel Sabor, un dirigente de diálogo fluido con Hugo Moyano y Luis Barrionuevo; y hasta tuvo un gesto con los ex ministros de Scioli y Cristina Kirchner. Entre los que salieron perdiendo en el reparto, se destacan la ex vice de Tomada, Noemí Rial, y algunos funcionarios cristinistas que nunca tuvieron buen feeling con Tomada.