“Debíamos reincorporarnos a nuestras tareas. Teníamos una resolución judicial que así lo ordenaba así que a las 7 de la mañana nos presentamos junto a los compañeros para retomar nuestras tareas”, contó el secretario gremial de la Asociación de Camioneros Unidos del Petróleo (ACUP), Gabriel Pino, quien era uno de los cinco transportistas beneficiados con la resolución dictada por el juez neuquino Luis Pablo Trani.
El dirigente del gremio que agrupa a trabajadores del trasporte en la zona norte de la Patagonia relató que el gerente de recursos humanos de esta empresa radicada en la localidad de Rincón del Sauce, Rubén Rodríguez, tras constatar la veracidad de la orden judicial, aceptó asignarles tareas a los reincorporados.
“En ese momento, el delegado de Camioneros en Rincón del Sauce, Leonardo Tapia, llegó con un grupo de personas a la planta, comenzó a hostigarnos y ocupó las instalaciones, impidiendo que pudiéramos desempeñar nuestras tareas y se pudiera cumplir con lo que había ordenado la Justicia”, remarcó Pino.
Según el dirigente, los agresores respondían a la conducción del gremio de Camioneros que encabeza Moyano en Neuquén y Río Negro, y les exigían a estos trabajadores que se retiraran.
“La situación de hostilidad era tan grande que llegó la policía, pero los efectivos, en vez de defendernos a nosotros se pusieron a tomar mate con la gente de Tapia, y nos dijeron que ‘lo mejor’ que podíamos hacer era irnos”, relató.
Tras horas de negociación, durante las cuales se sucedieron “insultos y amenazas”, convenimos que lo mejor era irnos, ya que la gente de Moyano no dejaba salir a nadie. Labramos un acta ante escribano y nos retiramos”, detalló Pino.
En mayo pasado, trabajadores del transporte vinculados a empresas petroleras del Alto Valle del Río Negro, La Pampa y Mendoza decidieron crear una organización gremial para diferenciarse del sindicato de Camioneros liderado por Moyano, a quien acusaban de “desviar fondos de los afiliados”.
Así nació ACUP, pero al poco tiempo de haberse constituido como organización gremial, sus adherentes padecieron amenazas y despidos en distintas empresas de Río Negro y Neuquén.
“A nosotros cinco nos echaron de Texey el 26 de mayo cuando nos afiliamos a un nuevo sindicato porque el de Moyano ya no nos representaba. Situaciones similares vivieron otros compañeros en empresas de la zona”, repasó Pino, dirigente de esta entidad sindical, cuya personería se tramita actualmente en el Ministerio de Trabajo.