La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) y los directivos de la multinacional francesa Carrefour continuaron ayer las negociaciones en el Ministerio de Trabajo y convinieron un cuarto intermedio que seguirá hoy y mañana de ser necesario, para terminar de cerrar un acuerdo.
«La empresa debió dar marcha atrás respecto de su pretensión de producir unos tres mil retiros voluntarios. Se producirán de forma aproximada unos mil, con una indemnización del 150 por ciento por cada trabajador que decida inscribirse», señalaron los voceros.
«No aceptaremos que la empresa nos entregue una lista de quienes deben sumarse al plan de retiros voluntarios», sostuvo Mario Amado, delegado de la sucursal Warnes de la cadena Carrefour, que hace ya dos semanas presentó en Trabajo el procedimiento preventivo de crisis.
La cadena supermercadista también convino que permanezcan abiertos los locales barriales y, a cambio, solo cerrarían algunos alquilados que no funcionen de manera comercial, aunque los trabajadores serán distribuidos en el resto de sus bocas.
Las fuentes gremiales también indicaron que habría acuerdo respecto de la reconversión de los hipermercados mayoristas para adaptarlos a los nuevos hábitos de consumo del cliente, recuperando de esa forma la elaboración de la línea de productos frescos.
Otro de los puntos en debate, que parece ahora tener el visto bueno de Jorge Triaca, es que la empresa pague en forma no remunerativa una suma promedio de $2.000 que perciben sus 19.000 empleados como parte de su salario por encima del convenio. Eso sería un ahorro para la firma de unos 90 millones de pesos de acá a fin de año.
Según pudo saber InfoGremiales, la representación gremial porteña de Carrefour, hoy en manos del secretario de Organización del gremio, Ramón Muerza, pone como condición para aceptar el entendimiento que la empresa retire el Preventivo de Crisis de la mesa. Consideran que si sigue abierto es una extorsión para los trabajadores y una presión de hecho para sumarse al plan de retiros voluntarios.
Por otro lado, fuentes de la negociación, consignaron que el principal foco del ajuste presupuestario de la firma francesa recaerá en los puntos del país donde la representación gremial es menor o inexistente. Mientras que en la Ciudad un achique provocaría una cataratas de protestas, en muchos puntos del interior podrían pasar casi desapercibidos por la escasez de organización. En ese contexto terminan convirtiéndose en un problema más serio para la Federación, que para la Sindicato de Empleados de Comercio porteño.