La dirigencia de Uthgra Rosario dio muestras de encubrir violencia machista y la Intersindical de Mujeres activó con miras a lograr un caso testigo que cambie estructuralmente al mundo sindical. Piden una «reforma estatutaria» con normas internas sobre la violencia.
La gastronómica Norma Mores denunció en la Justicia y en los medios de comunicación que está padeciendo violencia sistemática desde hace 2 años como delegada primero y secretaria de Actas y Afiliación después en la Uthgra de Rosario.
A lo largo de ese tiempo generó redes a través de su participación militante en distintos espacios que ahora la apoyan. La Intersindical de Mujeres de Rosario de la que forma parte repudió el uso de la violencia y el abuso de poder en el sindicalismo: «Nos declaramos en alerta frente a cualquier episodio o acto que intente volver a vulnerar sus derechos», advirtieron en un comunicado.
En diálogo con el suplemento Las 12, una de sus militantes, Liliana Leyes de ATE Rosario explicó: “Desde el movimiento de mujeres en distintos espacios de intersindicales venimos trabajando contra la violencia estructural que culturalmente fueron sosteniendo los sindicatos, primero porque la mayoría fueron formados por varones y entonces son estructuralmente machista, y después porque, con la incorporación de las mujeres no se aggiornaron, para nada, siguieron sosteniendo ese modelo sindical muy patriarcal.”
Leyes también habló de lo que podemos llamar «la reacción machista»: “El movimiento de mujeres creció muchísimo, empujó a que los movimientos de mujeres se transformen y esto lleva a un rechazo muy fuerte de los varones que sostienen este patriarcado”. En algunos casos como el de Mores, llegó a la violencia física.
Lo interesante del análisis de Leyes sobre el caso es que apunta a que sea testigo, un precedente. Expresa la necesidad de un cambio estructural en el mundo sindical en la lucha contra la violencia: “Cuando decimos que queremos una reforma judicial, también estamos diciendo que necesitamos una reforma estatutaria para que haya normas sobre la violencia. En la mayoría de los sindicatos defienden al machista y no a la compañera”, señaló en la entrevista a Las 12.
La necesidad de este cambio profundo se evidencia en que la denuncia de Norma Mores cayó en manos de un juez que por el momento trabaja para que se cumplan la ley 26.485 y el convenio 190 de la OIT, y aún así no alcanza. Mores sigue siendo castigada por sus propios compañeros por denunciar un hostigamiento que vela una rivalidad política pero que se recarga de esta forma sobre ella y no sobre otros militantes opositores.
El magistrado toma decisiones para proteger a la denunciante como indican las leyes vigentes y la dirigencia de la seccional lo traduce como un ataque al grupo. El secretario general de los gastronómicos de Rosario, Mario Di Renzo, que no estaba involucrado inicialmente, puede pasar a ser investigado por desacato en su afán de proteger a los denunciados Sergio Ricúpero, Martín Coronel, Walter Fiore y Juan Carrasco.
Norma Mores no es la primera mujer que denuncia ser víctima de hostigamiento y violencia de género por parte de dirigentes sindicales pero cuenta con las que la precedieron y eso por sí solo expone un cambio.