(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Rene Asan) El desafío de enfrentar en las urnas sindicales, por tercera vez, a la conducción de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, que lleva más de 30 años en el poder gremial. El recuerdo cercano del destrato a trabajadores y trabajadoras en pandemia, donde fueron esenciales, las elecciones generales del domingo 22 con la esperanza de un triunfo de Sergio Massa y la conciencia sobre errores no forzados del Gobierno, resumen la mirada de Christian «Pocho» Prado, trabajador de los hangares de Ezeiza y candidato a Secretario General por el bloque opositor Lista Celeste.
El viernes 27 del corriente, cinco días después de las elecciones generales, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) renovará su conducción nacional por cuatro años. Será a través de las elecciones convocadas, y que tienen como prólogo los 32 años al frente del gremio de Ricardo Cirielli. El oficialismo liderado por este dirigente, que atraviesa problemas de salud enfrentará por primera vez un frente de unidad conformado por cuatro agrupaciones bajo el signo de la «Lista Celeste». Christian «Pocho» Prado es el candidato a Secretario General de dicho bloque.
Además de los cuestionamientos históricos a Cirielli los opositores asumen que las urnas de domingo 22, la situación económica actual, los modelos de país en disputa y en singular el rubro del transporte donde se desempeñan le asigna una relevancia crucial a la elección de APTA. Allí será la tercera ocasión donde Prado intente superar al oficialismo, para la ocasión con un elemento que consideró relevante, la oposición que lidera llega al desafío electoral con una dinámica de unidad. En la charla con InfoGremiales destacó la adhesión cotidiana que le expresan las bases a la Lista Celeste, mientras que la Junta Electoral, dominada por el oficialismo, sintetiza los desmanejos que la oposición apunta respecto a la estructura de Cirielli y su cúpula.
«Revutieron la Junta Electoral con las artimañas de siempre», lamentó Prado. Aseveran en tal sentido que el padrón provisorio habilita el voto de 3.536 afiliados, «pero ya presentamos más de 850 impugnaciones por irregularidades estatutarias».
Además de Prado la Lista Celeste propicia a Fernando Quintero como Secretario Adjunto y como Secretario Gremial a Gastón Kuttnick
APTA agrupa a técnicos aeronáuticos de Aerolíneas Argentinas incluyendo la Ex Austral, técnicos de FADEA, aerotalleres y empresas como American Jet, División Turbos, entre otras. En su estructura abarcan al personal que cumple funciones técnicas y las especialidades incluidas en el código aeronáutico y su reglamentación. Los cuales trabajan en empresas de capital privado nacional, extranjero, mixto, estatal o provincial tanto en el territorio nacional, o que perteneciendo a empresas nacionales estén trabajando en el exterior o en administraciones nacionales o provinciales. En efecto ese personal realiza el mantenimiento y reparación de aeronaves, en empresas de todo el territorio argentino, trabajadores despachantes de aeronaves, que se desempeñan en las compañías aéreas nacionales y extranjeras de nuestro país, entre otras funciones.
Sobre la agenda hirviendo del trabajo registrado, la inflación, incertidumbre y con fortísimo tono político a partir de las PASO, dentro de un Movimiento Obrero donde no pocos dirigentes optan por la mesura en sus dichos públicos, otros sostienen la bandera que propone a Sergio Massa como presidente y hasta gremios que le garantizan la labor de fiscales con sus tropas a Javier Milei, Prado toma la palabra asumiendo que el fixture eleccionario específico no brinda otra opción que pujar.
«Sabemos lo que es no tener una línea estatal y volver a recuperarla, la viví desde adentro. Eso nos pone también en valor de lo que significa la línea aérea de bandera, y lo haber peleado para eso»
Christian «Pocho» Prado
-¿Si apelamos a la definición simple me dirá que su Lista Celeste encarna la esperanza?
-(Sonríe). Color esperanza, sí. Nosotros estamos ilusionados con algo nuevo, con recuperar la unidad de toda la actividad que tiene que ver con nuestro gremio, y con algo que se fue perdiendo. La esperanza es volver a tener esa fortaleza, la unidad que hoy está muy marcada por el sectarismo, un modelo también, el modelo de divide y reinarás. Muchos todavía no lo entienden pero nuestra esperanza viene por ahí, por recuperar lo que necesita el sindicato para ser fuerte.
-Un mito peronista refiere a que es más fácil armar frentes opositores que luego, una vez en el poder, mantener esa estructura y conformar a todos. En esta ocasión te toca conducir a 4 diferentes grupos en un bloque. ¿Pensaste en ese día del mañana si llegan a ganar?
-Es completamente un desafío. Construir la lista costó muchísimo pero fue muy grato llegar a este resultado, porque tuvimos discusiones muy importantes, no fuertes ni malas, fueron discusiones importantes que a la vez nos fueron fortaleciendo. Y aprendimos, justamente en las diferencias, a hacernos fuertes. Si pudimos lograr esta unidad, después de tantas discusiones, diferencias y más, ponemos de acuerdo y a mí tener este lugar de estar al frente, lo vamos a poder llevar adelante.
-”Aprendimos” implica capacitación, no la que aparece en el manual del trabajo, sino de la capacitación dirigencial. ¿Te sorprendió?
-En lo personal me sorprendió un poco pero creo que es mi error. Me gratificó llegar a ese punto, me sentí satisfecho por lograrlo, pero la responsabilidad de asumir ese rol también tiene que ver con que sé que lo puedo hacer.
-Aseguran que la Lista Celeste está formada por dirigentes que no superan los 43 años.
-Es así. Hay un solo compañero que es más grande que yo, que tengo 49 años, y el resto son todos menores que yo. Es un promedio de edad que creo que implica la maduración, y es mi tercera elección también. Hace 8 años tenía 41, creo que maduré y el resto de la lista, en su mayoría, ya participó. Somos jóvenes no tan jóvenes con la experiencia suficiente para encarar lo que viene.
-¿Lo que no implica tirar a los viejos por la ventana?
-Para nada, al contrario, esa interacción generacional es un placer. Hoy estábamos recorriendo los talleres y encuentro a dos compañeros que están a punto de jubilarse. Que te emocionan cuando te hablan de las historias y justamente mirá el problema, hay tipos que tienen 40 años de empresa en unos talleres que me decían -hidráulica neumática es la mano de ellos-, donde había 70 personas. Esos talleres eran lo mejor de la región y de Aerolíneas Argentinas, hoy ahí hay 4 personas. De ellos me nutro y de primera mano para saber el potencial que tenía el área técnica y cómo fue vaciándose. Por complicidad u omisión el sindicato tiene una responsabilidad directa porque no podemos dejar que eso pase, que un taller con 70 personas termine con 4, 6 compañeros. Son esas personas las que te la cuentan como se debe, porque la vivieron y a mí me enriquece. Todos nos vamos a jubilar. Nosotros queremos que cuando llegue ese momento tengan las mejores prestaciones. Por eso otra de las cosas que estamos peleando hoy es contar con una obra social de calidad para los jubilados. También está en debate nuestra edad jubilatoria, porque nuestra profesión es bastante dura. Tenemos los turnos rotativos, la inclemencia del tiempo, los vapores, las rotaciones. Está sobre el tapete la edad jubilatoria, pero no porque queremos tirar a los viejos por la ventana, sino porque queremos llegar a esa edad con la calidad de vida que nos merecemos.
-¿Qué edad estiman que sería la apropiada para jubilarse en el ámbito de ustedes?
-Para mí tendría que ser de 55 con opción a 60, porque también están los que no se quieren jubilar. Y está el tema, ¿con qué plata te vas a jubilar? Hay que llevarlo a discusión, pero 60 años por lo menos, 65 años es mucho para una persona, abajo de un avión, rotando tres turnos. Es muchísimo y es inseguro.
-¿Cuánto gravita hoy que hayas entrado a trabajar en los hangares de Ezeiza en 2002?
-Entré cuando salíamos del conflicto de 2001. Yo lo viví un poco de afuera y un poco de adentro porque tenía familiares adentro, y lo sentí propio estando afuera. Cuando entré en 2002 arrancamos la etapa de Marsans, con todo lo que eso implicó: un vaciamiento y un conflicto bastante importante que explotó en 2005 y terminó desembocando en la reestatización de 2008/ 2007. Así que tuvimos una actividad fuerte de lucha. Ahí adentro nos formamos, tres años contratados, nos costó mucho la efectivización y las condiciones que tenemos hoy. Sabemos lo que es no tener una línea estatal y volver a recuperarla, la viví desde adentro. Entonces eso nos pone un poco también en valor de lo que significa la línea aérea de bandera y haber peleado para eso, porque el que no la peleó, el que no tuvo nueve días de paro, el que no cobró el sueldo a fin de mes no lo sabe tampoco. Hoy estamos lejos de eso, no tenemos actividad gremial, salvo el arreglo salarial que nos baja el Gobierno. Con Macri apenas asomó un poco, pero la verdad es que no llegamos a conflicto, por suerte. Eso te pone los pies sobre la tierra, saber a qué te enfrentás y si se puede complicar la cosa.
«La conducción actual, cada cuatro años con suerte, recorre las bases. No tenemos ni asamblea, ni siquiera nos acercamos. Hay muchos compañeros que entraron hace cuatro años no conocen al secretario general»
-¿Hay temor cuando una de las banderas de la oposición, es privatizar Aerolíneas?
-Temor no, preocupación sí obvio, va a ser complicado, pero nosotros tenemos que estar preparados para cualquier Gobierno, el que sea.
-¿Incluso el propio?
-Y, fíjate que nosotros tuvimos la fusión de Aerolíneas y Austral en este Gobierno, pero no puedo responsabilizar al gobierno directamente de eso. Yo responsabilizo al sindicato que negoció como negoció. Por eso estamos acá, porque creo que este gobierno, un gobierno peronista, te da la posibilidad de negociar, hay otros que no te la dan. Pero llegado el caso de que se complique la cosa, creemos en las alianzas estratégicas de los gremios, de los gremios del transporte, de las confederaciones. No vamos a estar solos para defender la línea aérea de bandera, y también creemos en la fortaleza nuestra, por eso hay que reorganizar a APTA, que está desarticulada. Si bien acá tenemos una conciencia gremial fuerte acá, porque se dice «se para» y se para, no estamos preparados en la conciencia de los muchachos, todavía no saben lo que puede llegar a venir. Te repito, temor no, preocupación por supuesto.
-Elecciones en tu organización, 5 días después de las generales. ¿Tuviste alguna pesadilla sobre qué país te vas a encontrar el 27 de octubre?
-Confío en que va a ganar Sergio Massa, en que va a ganar un gobierno que no va a ser tan problemático, por eso no tuve pesadillas, no me lo imagino. Otro escenario, va a ser difícil, pero me cuesta imaginarmelo.
-¿Ustedes ya son víctimas de la flexibilización de convenios, en tiempo donde la oposición política plantea reformas laborales más profundas? Ustedes aseguran que la conducción del sindicato no estuvo a la altura de las circunstancias.
-Tengo que priorizar que cuidaron las fuentes de trabajo, que es lo que también vende la condición actual, obviamente no se perdieron. Si bien tuvimos despidos en la pandemia, sin causa, que eso para mí es gravísimo y no hubo ningún tipo de respuesta, ni de la empresa ni del sindicato, creemos que se podría haber negociado mejor. Cuando se habla de flexibilización tiene que ver con adaptar los convenios a los tiempos actuales, y hay cosas que se pueden negociar pero nunca perder puntos ni condiciones laborales. Creo que se puede mejorar. ¿Se puede hablar de productividad? Sí, se puede e incluso tenemos ideas para mejorar la productividad pero sin regalar los puntos del convenio. Hay cosas que se pueden hacer, hoy de la mano de la tecnología para mejorar la productividad y cuidando los puestos de trabajo.
-Han denunciado que en APTA los patrones están adulterados.
-Sí, aparece de todo. Estamos acostumbrados a los padrones inflados, con afiliados que no son de la actividad. En 2015 tuvimos una barbaridad de impugnaciones, incluso había gastronómicos, Luis Barrionuevo creo que estaba en el padrón. Hoy están las viudas de los compañeros del padrón de la obra social, y tenemos que ponernos a hacer ese trabajo de curación en todas las elecciones.
-¿Estamos hablando de un punteo manual para verificar la condición de cada afiliado?
-Es tremendo, y apelamos a las herramientas que hoy también te da la tecnología. Primero tenés que digitalizar el padrón, porque nuestra conducción te dan unas fotocopias. Por suerte están los muchachos que hacen el laburo. Después tenemos problemas en la custodia de las urnas, que siempre es un problema. Esta vez estuvimos en el Ministerio de Trabajo, y nos fue bastante bien. La directora sindical, Rissotto, entendió la problemática que venimos teniendo en las elecciones anteriores y nos dio por lo menos algunas de esas herramientas para custodiar Las urnas en el Correo que también es un problema, no solo en nuestro sindicato es en todos los sindicatos: el voto por correo, es muy difícil de comprobar la identidad, que el Correo no sea cómplice en una maniobra extraña. Tenemos una urna de jubilados que está 7 días dentro del sindicato, un problema siempre. Ahora nos dieron la custodia para meter a una persona nuestra custodiando, así que vamos a tener un muchacho custodiando la urna. Y con lo del afiliado apócrifo, es una urna complementaria donde todos los que impugnamos votarán con doble sobre en esa urna y llegado el caso de que tengamos que contar esos votos se analizará voto por voto sí corresponde a la actividad o no.
«Confío en que va a ganar Sergio Massa, en un Gobierno que no va a ser tan problemático. Otro escenario, va a ser difícil, pero me cuesta imaginármelo»
-Casi que nos remitimos a una escena de la película Juan Moreira, sobre quién votaba o no.
-(Sonríe) Sí. La es la realidad nos muestra todos los recursos que utilizó el oficialismo para manipular a la Junta Electoral, la asamblea que regula después la elección. Puso todo para ganar, todo lo que no pone en los cuatro años, porque no tenemos asamblea, no tenemos nada. Puso todos los recursos, incluso ni las formas se cuidaron porque hasta usaron los micros de la empresa para esa asamblea. Ahí te demuestra cuánto le importa manejar la junta electoral. El secretario general hablaba de “vamos por la unidad”, y nosotros propusimos una Junta Electoral mixta, en minoría, son cinco personas, una alternativa transparente y obviamente no se acepta. Bueno, hoy los muchachos de la Junta Electoral están sometidos a la decisión de un abogado de ahí adentro. Son cómplices pero no saben lo que están haciendo porque no les informan todo lo que va a pasar. Son compañeros que están ahí, poniendo la firma, pero indirectamente van a ser cómplices si pretenden armar un fraude.
-Sin lugar para la visión romántica del sindicalismo, y recuerdo que otro aeronáutico me dijo que si no se trabaja o recorren los hangares, naves y aeropuertos, no hay legitimidad.
-Completamente y se está muy lejos de los compañeros. Trabajo hace 20 años en Aerolíneas, en Ezeiza. Hoy en el hangar 5, por suerte un lugar espectacular, no así los otros hangares que ya son del año 50, donde se sufre el frío y solamente los que están ahí saben lo que significa laburar. La conducción actual, cada cuatro años con suerte, recorre las bases. No tenemos ni asamblea, hay muchos compañeros que entraron hace cuatro años y no conocen al secretario general. Así que sí, se está muy lejos de la realidad de los trabajadores.
-¿El recambio generacional, el nuevo mundo del trabajo, incluída la pandemia influye?
-Sin duda. Hay un montón de cosas de la pospandemia que hay que poner en discusión. De hecho tenemos compañeros que no están en los hangares, que trabajan en compras o ingeniería, vía home office, y no están convencionados. Y los muchachos, las chicas, están ahí, los compañeros y compañeras están deseando que alguien les diga qué va a pasar. Porque es claro que piensen «un día estos cambia todo, el gobierno se va. ¿Y nosotros?». Es la realidad y hay que tomar cartas en el asunto. Si esa gente trabaja es porque le funciona a la empresa, entonces hay que otorgarles el trabajo conveniado, busquemos la manera de regularlo para que estén tranquilos y se puedan organizar en sus vidas. Y no solo ahí. La industria aeronáutica también cambió un montón, son otras herramientas que estamos utilizando y hasta tienen que ver con el mantenimiento del avión. Y no te forman. La formación que te baja la empresa es la básica y después te encontrás frente a un avión con miles de problemas y el sindicato también tiene que cumplir un rol ahí, formarte o guiar a la empresa a que te forme pero como corresponde.
-¿Qué fortaleza sienten ustedes, como cuatro bloques diferentes unidos en una lista para enfrentar una conducción que lleva más de 30 años en el ejercicio de poder.
-Primero que hay una trayectoria, todos los que están en la Lista Celeste tienen su trayectoria política sindical. En mi caso, siempre fui un referente. Fui 12 años delegado, y 12 años nada más porque me proscribieron en varias elecciones, una modalidad muy frecuente en nuestro sindicato.
-¿Cuándo te proscribieron?
-Fue al principio, cuando se fracturó el sindicato allá por el 2010, 2008. A partir de ahí me hicieron maniobras tremendas para que todo mi hangar no votara. Cuatro años proscripto y después se fueron dando las cosas para abrirme la puerta de vuelta, porque ya era imposible, y otra vez chocamos de vuelta porque es un modelo que te somete a la directiva y no podés ser crítico ni proponer cosas. Entonces por eso se fue formando la lista opositora. En la pandemia fui delegado, el destrato hacia la gente fue tremendo por parte de nuestro sindicato.
«Fue un momento muy difícil la pandemia. No sabíamos a qué nos enfrentábamos y los que tuvimos la suerte de sobrevivir tenemos que valorar las cosas que se hicieron y aprender de los errores que se cometieron»
-¿Destrato en pandemia a los trabajadores esenciales?
-Tremendo. Mirá, suspendían y había mucho miedo porque no sabías que te suspendían, Suspendieron a toda la lista de fiscales nuestros, así, ¿la lista de fiscales opositores? Entera, después otros compañeros más también, pero la lista entera. Y nadie te contenía. Había herramientas virtuales para poder tener una reunión y decir “muchachos quédense tranquilos, va a pasar”. Nada. Cero. Me suspendieron a mí siendo delegado, lo que no podían hacer. Tuve que ir a pelear. Laburábamos en burbuja. Nos sentimos bastante solos, vamos a decir así. Si bien se cuidaron los puestos de trabajo, eso no lo puedo negar, pero hubo tres despidos sin causa en plena pandemia y nadie nos dio ninguna explicación, ni la empresa, ni el sindicato. Lo único que se usó fue la herramienta legal de ponerle un abogado los muchachos, cuando vos tenés herramientas gremiales.
-Per sé.
-Claro. Y ahí están esperando que la Justicia falle a favor para reincorporarlos y la verdad que no se puede entender.
-Haber sostenido al país en pandemia, con todos los errores que se pueden haber cometido, hace que sea inexplicable que el Gobierno Nacional ni siquiera pudo haber explotado eso?
-Mirá, se cometieron errores.
-¿Errores u horrores?
-Horrores no. Errores sí. Errores que fueron torpezas, que se pagaron muy caro y que la oposición explota muy bien, pero no me imagino cómo podría haber sido en manos de otro Gobierno. Y no se explotó, y sí, con el diario de hoy también. Fue un momento muy difícil la pandemia porque era una incertidumbre total. No sabíamos a qué nos enfrentábamos y los que tuvimos la suerte de sobrevivir tenemos que valorar un poco las cosas que se hicieron y aprender de los errores que se cometieron. Las torpezas tienen que servir por lo menos para aprender.
-¿Tenés miedo a viajar en avión?
-No. El avión es uno de los transportes más seguros.
-Cuando una nave cae en un pozo de aire, lo equiparo a lo que le pasó al Gobierno y al Frente de Todos, necesitás que aunque sea una azafata o el personal a bordo te ponga la mano en el hombro y te diga “tranquilo”. Nos faltó esa azafata, ese personal aeronáutico para decirnos “tranquilos compañeros, no pierdan el objetivo, no se peleen entre ustedes.
-¿Hablás a nivel político nacional?
-Político, nacional y sindical.
-Nos faltó alguien que ponga en valor lo bueno que se haya hecho. Los pozos de aire que atravesamos fueron muchos, entonces ya no sabés si fue pozo de aire, error, o torpeza. Tuvieron muchos errores y fue una lástima. La verdad que hoy tener que estar discutiendo y viendo si entramos a un ballotage o no, con semejantes diferencias de modelo, preocupa. Pero tampoco nos podemos olvidar la deuda millonaria que dejó el Gobierno de Macri, que eso es también lo fundamental. Nos olvidamos de eso y la oposición sabe muy bien tapar esos temas.
-Serrat cantó “entre esos tipos y yo hay algo personal”. Enfrentarse al oficialismo de tu sindicato hace a cuestiones gremiales, o ingresa en el terreno de “a título personal”, el enojo.
-Si me hablabas hace 8 años atrás, o 10 años, creo que era personal y eso ya lo superé, ya no es personal, es de construcción, que vamos por algo mejor para todos. Lo personal no hace bien tampoco porque perdés el objetivo. Hoy es una construcción colectiva que creemos que nos merecemos un sindicato a la altura de nuestra profesión y no lo está.
-Supongamos dos escenarios, o ganan ustedes o no coronan. ¿Qué es lo primero que hay que hacer el 27 en cada caso?
-Si nos toca conducir el sindicato lo primero que tenemos que hacer es reorganizarlo, reconfigurarlo, ponerlo en funcionamiento.
-Gobierne quien gobierne.
-Sin dudas. Con un Gobierno o con el otro hay que ponerlo en funcionamiento y hay que organizarlo. Si no nos toca conducir, sostener la oposición que hemos armado hoy que es la más importante que tuvo APTA. La oposición se consolidó y ese es el rol que me toca.
-¿Un párrafo para tu familia, tu mesa chica, los que te bancan aunque ganes o pierdas?
-¡Todo mi agradecimiento! Es más, si se me afloja algo ahí me pega directamente. Primero mis hijas, yo soy un faro para ellas y ahí hay un empuje, cuando una hija que te sale medio dirigente te toma como faro ya tenés una carga tremenda que tenés que darle para adelante y no aflojar, y lo hacés por ella, y la compañera de toda la vida que sí, siempre va haber algo, no puedes estar al 100% pero si no me bancara como me banca tampoco podría estar acá.