Las políticas económicas macristas y las inundaciones están provocando significativas consecuencias en la pérdida de puestos laborales y el cierre de tradicionales empresas de capitales castenses en La Pampa.
El aumento de la demanda social, la falta de inversiones y la pérdida del poder adquisitivo se agravó después de las históricas lluvias otoñales que provocaron inundaciones en varios sectores de la jurisdicción, después de venir “mostrando señales” negativas en los últimos meses por la repercusión adversa que tuvieron algunas medidas económicas que golpearon en los bolsillos de los asalariados y los sectores más vulnerables de la economía.
El dato más saliente de las últimas jornadas fue el cierre de la fábrica “Cerámicos Castex” de la familia Suppo. Una empresa con 44 años de trayectoria, que abasteció a las obras de construcción locales y en la zona. Con el cierre de la planta fabril, seis empleados -progresivamente- perdieron sus puestos laborales.
La baja de la producción comenzó en los últimos meses del año pasado. En febrero ya se fueron algunos empleados. Y la semana pasada fueron notificados e indemnizados los empleados, algunos de los cuales tenían entre 20 y 30 años de antigüedad en la empresa de la familia Suppo.
“Trabajamos con arcilla y en octubre y noviembre ya tuvimos inundaciones, pero como trabajamos con acopio de materia prima, pudimos seguir trabajando algunos meses. Teníamos reserva de material para seis o siete meses. En febrero ya estábamos por sacar arcilla nuevamente, y ahora tenemos el terreno inundado con más de dos metros de agua y era imposible continuar”, explicó Rodolfo Suppo, hijo de los iniciadores y segunda generación de la empresa.
“Actualmente a 200 ó 300 kilómetros a la redonda la situación está igual por las inundaciones, así que hablamos con los empleados para transmitir que los teníamos que indemnizar, y esperamos que en un año o dos años podamos reiniciar los trabajos”, agregó esperanzado. “Esto provoca un gran dolor para mis viejos porque son muchos años y para mí también porque me crié en la fábrica”, reconoció.
El empresario explicó que la situación económica actual también incidió en la decisión final. “Dentro de la crisis de la construcción, la veníamos peleando porque era una fábrica chica, siempre con la esperanza que se reactivara la construcción con los créditos hipotecarios para tener mayor volumen de ventas, pero llegó esto y no quedó otra alternativa”, dijo Suppo.