El Sindicato de Petróleo, Gas y Biocombustible del sur santafesino realizó la denuncia por el cierre intempestivo de la planta ante el Ministerio de Trabajo provincial, que convocó a las partes a una audiencia para el próximo martes.
“Los muchachos vinieron a trabajar y cuando quisieron ingresar había un candado y no les permitieron ingresar”, explicó el secretario general de los Petroleros, Rubén Pérez, acerca del modo en que los trabajadores se enteraron del cierre.
Los 35 empleados de la planta santafesina se habían reunido en el ingreso al predio “sin cortar la ruta ni tomar la fábrica”, explicó Pérez.
El titular el gremio explicó que la empresa, cuyos propietarios son tres norteamericanos y un argentino, adujo a través de un encargado local “que tienen problemas económicos”.
Según Pérez, Bravo Energy acumuló en el último tiempo “una deuda de 100 mil dólares de gas, por lo que le cortaron el suministro, deben los sueldos de junio y julio y 2,5 millones de pesos en aportes sindicales”.
“A la obra social hace tres años y medio que no aportan”, enumeró el dirigente sindical, y explicó que su organización priorizó “el trabajo” de los empleados.
“La situación se volvió insostenible”, añadió el titular del Sindicato de Petróleo, Gas y Biodiesel.
Bravo Energy, originaria de California (Estados Unidos), inauguró su planta de San Lorenzo en 2006 y posee otras en Chile y México.
Según su página web, la firma “procesa aceites usados recolectados a lo largo del país” y “recolecta residuos sólidos como filtros y sólidos contaminados”.
Pérez explicó que en la planta de San Lorenzo se hacía el proceso de reutilización del aceite para producir “un combustible diesel” pero “en el último mes ya no había producción”.
“Los compañeros quieren volver a trabajar, no quieren cobrar una indemnización que no les va servir para nada”, añadió el dirigente.