El gremio está intervenido desde antes de la pandemia. La Lista Celeste y Blanca, respaldada por el moyanismo, actuó en el inicio del proceso electoral como oficialismo. Con seguridad de «camioneros» golpearon a los opositores para que no presenten su nómina. Tuvieron que ir a dejarla al Ministerio de Trabajo.
El Sindicato de Obreros del Caucho y Afines (Socaya), intervenido originalmente por 90 días para la realización de un nuevo proceso electoral, pero cuyo normalizador, Lucas Amado, se quedó en el cargo por la irrupción de la pandemia, inició el proceso electoral.
Es que, una vez que fueron habilitados los comicios sindicales, el gremio debe volver a manos de sus afiliados. Y allí es dónde comenzó a visiblizarse el pacto entre Amado y el armado de la Lista Celeste y Blanca, apadrinada por Hugo Moyano.
«En el congreso estaba todo armado para la Celeste y Blanca. Había colectivos. La seguridad era de Camioneros. El interventor jugó abiertamente con ellos. Así y todo lo ganaron por 40 o 50 votos», explicaron fuentes de la opositora LIsta Naranja.
El martes pasado, con la convocatoria electoral consolidada y con la Junta Electoral atendiendo dos horas dos veces por semana, la Naranja se acercó para presentar su nómina y fue golpeada por miembros de la Lista Celeste y Blanca.
Ante la imposibilidad de dejar los documentos a la Junta Electoral, el letrado de la Naranja optó por acercar todo al Ministerio de Trabajo de la Nación, responsable último de la intervención.
A partir de eso, y sin saber aún si será oficializada su presentación, la cartera laboral los convocó este miércoles para tratar de encontrar un canal de normalidad.
La Lista Celeste y Blanca fue la que condujo Juan Carlos Ponce, un alfil del moyanismo que comandó la organización por décadas. Al momento de su intervención, el Socaya estaba en manos de Claudio Streitenberger, hombre que al frente de la lista verde había derrotado a Ponce.