El secretario de Prensa de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys), Angel Martínez, criticó con dureza las declaraciones del diputado nacional massista y dirigente gremial Facundo Moyano sobre el actual modelo sindical y aseguró que «lo mejor que puede hacer, en su doble rol de diputado nacional y sindicalista, es renunciar por anticipado a la jubilación de privilegio».
Moyano, uno de los hijos del ex titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, adelantó su decisión de renunciar a un próximo mandato como secretario general del gremio de peajes; criticó el modelo sindical e insistió en la necesidad de introducir reformas al régimen electoral de las organizaciones confederadas.
Martínez salió con dureza al cruce del legislador nacional del Frente Renovador y titular desde hace ocho años del Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines (SUTPA) al señalar que Facundo Moyano «no debería olvidarse de su padre, Hugo, y su hermano, Pablo», bajo la conducción de ambos «el crecimiento y la calidad de las prestaciones ofrecidas fueron notablemente exponenciales».
«Ello fue un cambio sustancial que solo fue posible a partir de un proyecto a largo plazo y el voto popular de los afiliados», señaló Martínez, quien también ejemplificó con la propia entidad mercantil al realzar «la comprometida gestión y administración de Cavalieri al servicio de más de un millón de trabajadores».
Para el dirigente sindical, sea a través de «la asistencia médica y previsional o de la recreación y el turismo, las asociaciones sindicales de mayor envergadura de forma permanente cubren las falencias del Estado y de la propia actividad política».
«Quizá Facundo Moyano no entienda a fondo esa problemática, porque el Sutpa apenas reúne a seis mil afiliados. No debería olvidar que no es delito ser ungido por el mecanismo de la participación, mediante el cual los afiliados ejercen su derecho a elegir a quienes los representarán por un período de cuatro años», afirmó.
Martínez reiteró que Facundo tendría que renunciar también por anticipado a «los viáticos, los costosos pasajes aéreos y a otros beneficios que discrepan con la realidad de los trabajadores».
Por último, subrayó que en «un país en el que la mayoría promedia los 60 años para cobrar una magra jubilación, es contraproducente que necesite sumas tan alejadas de la realidad de los argentinos».