«Hay que fortalecer a las obras sociales: todo siempre quedó en palabras y no se cumplió. Esto arranca con pagar deudas históricas», advirtió Mauricio Macri, al anunciar que pagará de inmediato 2.700 millones de pesos de los 29.000 millones del Fondo Solidario de Redestribución (FSR), que los gremios le reclaman al ejecutivo nacional.
De esa deuda que el Estado mantiene con el sistema de obras sociales sindicales, el Presidente precisó que 8.000 millones será destinados a una cobertura universal, a partir de un plan que diseñó el Ministerio de Salud dirigido a personas sin cobertura de salud y en situación de vulnerabilidad social.
Respecto del dinero devuelto a las entidades de salud de las organizaciones sindicales, los 2.700 millones de pesos serán distribuidos entre todos las obras sociales -una partida que estaba contemplada en el presupuesto 2015-, se hará en forma proporcional a la cantidad de afiliados y de expedientes presentados.
Con todo, en una primera etapa se devolverá el 80 por ciento de los fondos, porque el 20 restante está todavía pendiente de ser auditado.
Renglón aparte, la Superintendencia de Servicios de Salud hará un fideicomiso en el Banco Nación con 8.000 millones de pesos que serán utilizados para facilitar una integración entre la seguridad social y los hospitales públicos; cuya ejecución corresponderá a dos representantes a dos representantes del Ministerio de Salud, dos de la Superintendencia de Seguros de Salud y dos también de la CGT.
Asimismo, unos 4.500 millones serán destinados a situaciones de emergencia o epidemias, por ejemplo, que serán de disponibilidad inmediata.
Los restantes 15.000 millones de pesos adeudados se saldarán definitivamente en 2020 a través de bonos.
Las medidas están contenidas en cuatro decretos y una resolución administrativa, que resultaron muy festejadas por la platea de sindicalistas, quienes aparecieron flanqueados por los ministros de Salud, Jorge Lemus; y de Trabajo, Jorge Triaca; y el superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino, quien desde su asunción venía trabajando en la ingeniería que permitiera esta devolución.
En primera fila escuchaban y aplaudía la mayoría de los caciques cegetistas, que esperan la señal del ejecutivo para regar la mesura cultivaron y con la que afrontaron el primer semestre de despidos y caída de salario real.