Las inversiones para generar nuevos puestos de trabajo no llegan, el conflicto social crece, y, la caída del consumo no para de fundir empresas. En este sentido, se conoció que Mastellone Hermanos decidió cerrar su planta clasificadora de La Serenísima ubicada en Rufino, provincia de Santa Fe.
La fábrica, que cuenta con 22 empleados, dejará de operar el próximo 31 de julio, debido al «estancamiento en la actividad» y a la «caída en el recibo de materia prima», aunque también se sumarían el descenso de las ventas a Brasil, los tarifazos y otros sectores.
La noticia fue comunicada a los empleados este jueves por la tarde por el directivo de la empresa Facundo Cárdenas, según dijeron empleados a El Destape. El cierre se llevará a cabo el 31 de julio, como consecuencia del «estancamiento en la producción nacional, que llevó a que el año pasado el país produjera 9.500 millones de litros de leche, cifra menor a los producido en 1998», sostuvieron desde la empresa láctea.
«Una conjunción de varios factores provocó una importante caída en la producción nacional, afectando el nivel de actividad de todo el sector en general y de nuestra empresa en particular. Como consecuencia de ello, la planta no está en condiciones de procesar la cantidad mínima de leche para ser sustentable operativamente», argumentaron.
También mencionaron «la competencia con empresas que operan en la marginalidad, que impacta negativamente en el recibo de leche de la compañía y la adversidad climática significativa, que redujo la cantidad de tambos remitentes».
Parte de la producción de La Serenísima de Rufino pasará a Junín y a Canals. La cuestión es que a los 22 empleados de la planta no los despidieron, pero la alternativa que les dieron desde la compañía es ser trasladados a dependencias que están a casi 400 kilómetros: una quesera de San Luis ubicada a 360 kilómetros o a General Rodríguez, a 375 kilómetros, donde hay una planta clasificadora y envasadora.