(Por Pablo Maradei) Con la conciliación obligatoria a vencer el 19 de agosto, corre un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo. La UOM busca, de piso, sumarle 20 puntos al acuerdo salarial vigente. Crece el malestar en las plantas. Las empresas sienten que la postura del gremio se endureció desde la asunción de Abel Furlán.
La presión de la movilización por parte de la UOM a las oficinas del Grupo Techint en Catalinas se hizo sentir por el cambio del paisaje de esa zona paqueta del microcentro porteño, aunque no lo suficiente para torcer la voluntad empresaria de no reabrir el debate paritario. «No quieren abrir la discusión», dijo una fuente sindical que se sienta en la mesa de discusión.
Lo cierto es que la reunión de este martes fracasó nuevamente y se pasó a un cuarto intermedio para el próximo 17 al mediodía: a contrarreloj, y por lo que supo este medio, habrá una nueva reunión informal antes del viernes. Es que los tiempos aprietan: el próximo 19 vence la conciliación obligatoria.
Y este no es un dato menor: en la previa y ante la resistencia patronal de reabrir la discusión, el sindicato llevó adelante asambleas en los lugares de trabajo de la empresa Acindar. Es decir que si las discusiones no llegan a buen puerto, las huelgas estarán a la vuelta de la esquina.
El sector empresario reconoce que en esta nueva etapa en cabeza de Abel Furlán hay un «endurecimiento mayor».
Como contó InfoGremiales la discusión está frenada ante la intención de la UOM de replicar el acuerdo salarial refrendado en julio y que actualizó el que había firmado Antonio Caló en marzo. Se busca un aumento del 12% en agosto, otros dos de 10% cada uno en octubre y en noviembre, y una revisión en febrero; totalizando un 65% anual.
La paritaria de la siderurgia tiene una proyección sobre unos 15.000 trabajadores; y el salario en mano para la categoría más baja (NdR: es lo que llaman el salario mínimo global garantizado) es de 110.000 pesos en mano.