El Ministerio de Trabajo dictó ayer la conciliación obligatoria entre Banghó y los 243 empleados despedidos de su fábrica de Vicente López. La resolución de la cartera laboral fuerza a la empresa a reincorporarlos, mientras se buscan soluciones para que continúe con la producción.
Ayer se reunieron durante seis horas funcionarios de Trabajo con directivos de la empresa y dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Allí se notificó que Banghó debe retrotraer la situación a como estaba antes de los despidos.
Por su parte, al conocer la noticia, los trabajadores desalojaron la fábrica de Vicente López, que estaba tomada por empleados afiliados a la UOM desde hacía dos días, cuando estalló el conflicto.
La empresa había anunciado el lunes el cierre de la fábrica y el despido de 243 empleados, como consecuencia de la eliminación del 36% de arancel a la importación de equipos informáticos.
En oaralelo los dirigentes de la UOM, encabezados por Antonio Caló, venían reclamando que el gobierno intervenga para frenar esos despidos y otros que podrían suceder por las nuevas reglas del juego.
Con el dictado de la conciliación obligatoria, se abre un período de 15 días de negociaciones entre el Gobierno, la UOM y Banghó.