(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) Cristian Jerónimo, titular del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio, secretario General de la Juventud Sindical Nacional y a cargo desde el 11 de noviembre de la Secretaría de Salud Laboral de la CGT enfatizó que el desafío de Azopardo es ser parte de la recuperación del país inclusión federal mediante. «Movilidad social ascendente» como nervio motor de ese objetivo, desde su encuadre al Fresimona y al liderazgo de Pablo Moyano. «Dar todas las discusiones» sin temor a liberales, libertarios o la interna del peronismo lo considera imprescindible.
Peronista desde la cuna incluye al kirchnerismo en ese fenómeno político y realza la impronta de Néstor Kirchner, pasando por la era de Cristina Fernández y destacando que «el que hace a veces se equivoca» como parte de una interpretación de las inocultables fricciones de la Vicepresidenta y su ala K con algunos sectores gremiales claves.
A los 37 años con una familia conformada con su pareja y dos hijos, ostenta la titularidad del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines, es secretario General de la Juventud Sindical Nacional y está a cargo, desde el 11 de noviembre, de la Secretaría de Salud Laboral de la CGT.
Riverplatense y, según comentan, un «muy buen delantero» de portentoso físico, que no oculta «el paso de los años» para asumir que ahora ocupa la posición que puede a la hora de jugar al fútbol. La pesca es uno de sus cables a tierra en ese torbellino y marea de hiperactividad sindical. Párrafo remarcado y agradecimiento para la complicidad de su esposa que le permite dedicarle hasta horas extras al sindicalismo, la gestión, la rosca e incluso poner algún analgésico en la decisión de concretar «la unidad hasta que duela». Memoria activa por el legado familiar de Perón y Evita, desde su padre que también fue dirigente gremial.
Ese paso a paso de «crecer de golpe» en el fenómeno gremial también hace a la reflexión del respeto a los más experimentados dirigentes del Movimiento Obrero que no quita, sin embargo, propiciar en tono humilde el «hacerse cargo» de las materias pendientes y aggiornar actitudes. Y si de asumir que no siempre los hombres y mujeres serán «jóvenes por siempre», por allí comienza la charla con InfoGremiales, mientras la lista de espera para audiencias en su oficina de la CGT es considerable:
«Consideramos que tenemos que llegarle con otro tipo de mensajes a nuestra gente, cuando digo nosotros, hablo del sindicalismo, el PJ o el estamento que prefieras. Me refiero a aggionar nuestro discurso pensando a que los pibes y pibas hoy tienen otra forma de rebeldía»
Cristian Jerónimo
-¿Cómo le explicaría a alguien que no conoce al detalle el universo gremial argentino que allí conviven dos juventudes sindicales peronistas?
-Me parece que es un proceso que tuvo su raíz en el momento de una coyuntura donde se quebró la conducción de la CGT. Nosotros estamos dentro de un espacio que es el moyanismo, el cual consideramos que encarna los mejores valores, grandes objetivos y la dinámica del Movimiento Obrero. Nuestra formación además nos lleva a ser orgánicos y verticalistas. Cuando nuestro referente Pablo Moyano, dentro de la conducción anterior de la CGT en 2016, decide dar un paso al costado era muy claro que no se iba a sostener una sola Juventud Sindical. A la cual nosotros la entendemos como un espacio virtuoso donde tiene que concretarse la generación de los cuadros necesarios, como en cualquier otra organización. Al presente considero que no debemos volver a cometer los errores que nos llevaron a dividirnos. Hay una generación que espera que el Movimiento Obrero concrete un ejemplo. Y ese ejemplo es algo que puede sonar a muletilla pero es real y se resume en la frase: «unidad hasta que duela».
-Que duele sin remedio y analgésico posible…
-Duele, pero tampoco podemos meternos en la discusión de las superestructuras. Porque hacerlo nos termina complicando y dividiendo. Y existe algo muy importante para todos los que venimos de la política y los gremios, hablo de la necesidad de regresar al factor solidario del sindicalismo. Por el cual muchas veces, las que sean necesarias, hay que tender una mano a los compañeros y compañeras que están en proceso de formación. La Juventud Sindical tiene su marco formal dentro de la CGT pero también debemos considerar que la mayoría está afuera, hablo de esos pibes que son militantes, que abrazan esta causa son delegados de base. Entonces nuestra obligación como dirigentes es lograr un equilibrio para que todos y todas estén integrados y contenidos dentro de la estructura. El verticalismo a veces nos resta y a veces nos suma, pero ser orgánicos es también ser respetuoso de las instituciones, la Juventud Sindical tiene que ser muy clara en cuanto a abrir las puertas para todos aquellos compañeros/as que quieran venir a formarse y aportar sus ideas. El Movimiento Obrero fue y es un gran formador de cuadros sindicales y políticos.
-¿Cuál es su función orgánica dentro de la estructura de la nueva CGT?
-Hoy me toca representar a la Secretaría de Salud Laboral, un estamento al cual quizás nunca se le había otorgado la relevancia que tiene respecto a temas como seguridad e higiene. A partir de esta nueva etapa y la recién asumida conducción consideramos que es necesario darle otro vuelo. De hecho hay una labor importante para lograr los comités tripartitos en esas materias a través de la ley que se está tratando en la Cámara de Diputados, porque es necesario articular labor con los ministerios de Trabajo y Salud, la SRT, cámaras empresarias, por ejemplo. Fijate el caso de las ART, que no pueden seguir haciéndose las distraídas respecto a muchas enfermedades profesionales que terminan con la atención de las obras sociales sindicales.
-Y si algo faltaba en 2020 llegó la pandemia.
-Desde ya es una de las cuestiones, cuando el Coronavirus se definió como una enfermedad profesional fueron muy pocas las ART que se hicieron cargo, y en ese momento en la CGT desde esta secretaría debió haber estado en la vanguardia de los reclamos. Estamos hablando de una crisis donde no había opciones ni tiempo para discutir quién se tenía que hacer cargo. Por eso los sindicatos, a través de sus obras sociales se ocuparon de la atención de sus afiliadas y afiliados. Ahora si tenemos esta central con la integración de todos los sectores del Movimiento Obrero es nuestra misión articular todo lo necesario y con todas las partes que deben ocuparse de las cuestiones. Cuando digo esto hasta incluyo a las universidades porque existen una cantidad de enfermedades nuevas para las que es necesario establecer los mecanismos necesarios. Porque es obligatorio tener en cuenta que esta pandemia nos exige todos los esfuerzos posibles para ofrecer la atención necesaria a todos los trabajadores/as.
«Cada día Pablo Moyano demuestra que los intereses que representa son los de todos los laburantes, los intereses del pueblo que conforman esos trabajadores y trabajadoras»
-¿Emergencias como el Covid-19 obligan a los/las sindicalistas a dejar de lado un poco el microclima incluso intergremial o intersectores?
-Para aquellos que tenemos la vocación de laburar todos los días hay un desafío enorme por la situación que describo y eso hace a que las responsabilidades sean cada vez mayores. En mi caso puedo intentar resumir el compromiso y la exigencia de estar compartiendo, paredes de por medio aquí en Azopardo, un espacio con dos dirigentes de la talla de Pablo Moyano y «Paco» Manrique (Smata). En esta función en la secretaría que me asignaron confiando en nuestro trabajo. Hablo de dos tipos con una trayectoria enorme e intachable en el sindicalismo, sólo con nombrarlos podemos dimensionar el empuje que significa para nosotros trabajar para estar a la altura de todo el marco de circunstancias. Y el punto es que además de nuestra función específica en la CGT también estamos obligados a no desatender nuestra casa, me refiero a nuestros propios gremios.
-El Fresimona llegó y es parte de la CGT
-Es uno de los sectores que integra esta unidad, de los más fuertes y con mucha presencia como también con una claridad muy precisa respecto a los objetivos que se trazaron para esta etapa.
-Un dirigente me dijo que se replanteó sus ímpetus juveniles, expresados en una mesa de discusión, cuando le tocó viajar menos de un minuto en un ascensor con secretarios generales relevantes y que -sutil e indirectamente- le dejaron alguna observación. ¿Le pasó alguna vez?
-Te mentiría si te digo que alguna situación similar no me pasó alguna vez. (risas)
-En este ciclo de entrevistas Pablo Biró (APLA) destacó la necesidad de valorar a la dirigencia histórica más allá de coincidencias o discrepancias y no tirar a nadie por la ventana…
-Es que las ganas de hacer, los ímpetus que vos marcas y la juventud te llevan a cometer algún error del cual también aprendés, sin ninguna duda. En nuestro caso por los referentes que te nombré, ese aprendizaje es de todos los días. Para el caso de Pablo Moyano, a quien además considero un amigo, destaco su enorme sensibilidad social la cual uno aprecia con el transcurso del tiempo y con esa impronta como otras cualidades y actitudes hace que la valoración sea muy grande. En cuanto a los dirigentes históricos y sus experiencias también adhiero a que no hay que tirar a nadie por la ventana sino aprovechar su trayectoria y la sabiduría que el tiempo les brindó. Sin perjuicio de eso, y considerando que no soy quién para decir de qué forma se tienen que manejar decisiones y tiempos en sus propias organizaciones, creo que hay compañeros que deben acompañar en esta nueva etapa de la CGT. Hablamos de gente a la que tocó atravesar etapas muy difíciles de la Argentina, como la dictadura. O también generar un equilibrio en el peor momento del país como lo fue 2001, y nosotros estamos obligados al aprendizaje.
-Suelen decir sus seguidores que Moyano tiene lenguaje de barrio. ¿Lo comparte?
-No sólo lo comparto, sino que con humildad digo que me reflejo en esa tónica y me siento parecido. El en cada día demuestra que los intereses que representa son los de todos los laburantes, los intereses del pueblo que conforman esos trabajadores y trabajadoras.
-No hubo ninguna mención al período de Gobierno del kirchnerismo de 2003 a 2015 en el reciente Congreso de la CGT, sin dudas no suma a la nueva etapa
-Por un lado sucede que como decía Juan Perón «somos un movimiento muy amplio» y también como te dije antes, para mi generación, y hablo de compañeros y compañeras, el proceso de gobierno del kirchnerismo tuvo movilidad social ascendente para muchos que crecimos viendo a nuestros viejos tener 2 o 3 laburos para sostener la olla y la casa. Hablo de los hogares peronistas que en 2003 podíamos apreciar algunos brotes y que la economía empezaba a crecer. Y eso incluyó ver que los trabajadores podían volver a tener sus vacaciones, comprar u cambiar su auto entre otras cosas, todo de la mano de tener un trabajo aceptable. Cuándo Néstor a poco de asumir, se tomó un avión para ir a Entre Ríos para solucionar el conflicto docente marcó puntos relevantes en la historia. Porque fue certificar que cuando dijo que no dejaba sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada no estaba jugando con palabras. Y mirá que si hablamos de frases escuchamos a miles prometer desde los discursos que después no llevaban a la práctica esos dichos. Néstor lo que planteó lo sostuvo con hechos. En cuanto a la CGT, cuando se fundó esta casa de los trabajadores y trabajadoras, convivieron diferentes matices ideológicos, anarquistas, socialistas, comunistas. La diversidad no nos tiene que preocupar ni asustar, la CGT no está vedada para nadie sobre todo porque para avanzar y recuperarnos como país nos tenemos que dar todas las discusiones que sean necesarias.
«El proceso de gobierno del kirchnerismo tuvo movilidad social ascendente para muchos que crecimos viendo a nuestros viejos tener 2 o 3 laburos para sostener la olla y la casa»
-Ahora, en esas discusiones, mientras aparece una Evita santificada en el Movimiento Obrero a Cristina le guardan de mínimo un inocultable recelo en organizaciones poderosas.
-Pero estamos hablando de dos momentos históricos muy diferentes. Evita por un lado sustanció y entendió una causa dentro de un mundo que era diferente. Donde surge el peronismo desde las bases, desde trabajadores/as un momento en el cual Evita le abre sus brazos, su corazón y brinda recursos hasta ese momento impensados para esos hombres y mujeres. De allí viene ese arraigo tan fuerte en el Movimiento Obrero, fijate que no hay sindicato que a la entrada no tenga los bustos de Juan Perón y Evita en sus edificios. Ahora, es innegable por otro lado que Cristina hizo muchas cosas por los trabajadores/as, y en algún momento se tensó la relación porque fueron muchos años y momentos que transcurrieron desde 2003 hasta el fallecimiento de Néstor. Con Hugo Moyano al frente de la CGT y con un ida y vuelta constante la CGT bancó en todo lo relacionado con el conflicto de la Resolución 125, por entender que teníamos que estar. Luego, quizás por cuestiones de las cuales quizás nunca nos vamos a enterar, Cristina nos tomó como a enemigos públicos. Más allá de eso que comento, existe un reconocimiento para ella en cuanto a todo lo que hizo por los trabajadores/as. Porque Cristina tomó decisiones que cambiaron para bien la vida de muchos hombres y mujeres.
-Cuando en el nombre de que la rebeldía a la que algunos hoy ubican en la derecha, se aprecia a pobres y trabajadores adhiriendo a postulados y mitos liberales, ¿qué piensa?
-Lo quiero expresar con mucha claridad en cuanto al concepto. Cuando nos toca ver que inclusive los laburantes «compran» el discurso de la derecha, estamos hablando de la derecha más recalcitrante. Nosotros por un lado tenemos muy en claro a qué intereses responde esa derecha por parte de los grupos económicos concentrados. Como también consideramos que tenemos que llegarle con otro tipo de mensajes a nuestra gente, cuando digo nosotros, hablo del sindicalismo, el PJ o el estamento que prefieras. Me refiero a aggionar nuestro discurso pensando a que los pibes y pibas hoy tienen otra forma de rebeldía ya sea posicionados en la derecha o en la izquierda. Está en nosotros persuadirlos que la única causa nacional y popular que logró cambiar a la Argentina fue el peronismo. Y para dar esa discusión y todas las necesarias con la derecha y los liberales o libertarios, no tenemos miedos y siempre estamos dispuestos. Me parece que conviene recordar que algunos fenómenos de esos sectores se diluyen con el tiempo, basta el ejemplo de los votos que alguna vez supo tener Elisa Carrió y no pudo mantener. Lo importante es que nosotros tenemos en claro nuestras convicciones y objetivos, por sobre todo que el país vuelva a ofrecer las oportunidades de progreso y mejora para todos y todas. Cuando decimos esto nos referimos a una Argentina más inclusiva y federal, con el reparto de las ganancias en forma equitativa. Porque no puede ser que veinte o treinta tipos tipos terminen condicionando las variables de la economía y al Gobierno, en este punto creo que la CGT va a cumplir un rol fundamental, con sus tres secretarios generales y todo su consejo directivo.
-Por estos días ser un trabajador registrado es casi un “privilegio”, podría decir Jorge Triaca. ¿De cara a los movimientos sociales y las propuestas de la UTEP, el desafío es integrarlos?
-Claro que sí, en primer lugar porque muchos de esos compañeros y compañeras fueron trabajadores. Lo cual deja en claro que el Movimiento Obrero y las organizaciones sindicales no supieron, no supimos, contenerlos para evitar la caída que sufrieron y porque pese a todo ellos y ellas, con muchísimos esfuerzos pudieron mantenerse visibles. Forjaron sus propias organizaciones, sus redes de propia contención, lo cual merece y tiene todo nuestro respeto. Ahora, tenemos muy en claro que esa situación no puede ser para toda la vida, porque merecen estar mejor, y eso tiene que ver con decisiones profundas para que esos compañeros y compañeras vuelvan a ser parte del sistema formal. Lo cual no es otra cosa que tener una obra social por citar un sólo ejemplo entre muchos. Frente a esto la CGT tiene una gran responsabilidad, digamos que carga con una mochila muy pesada como también necesitamos de un Gobierno que escuche a los representantes de todos y todas los trabajadores, que genere aperturas, y trabajar desde lo colectivo, esto es en forma conjunta este tipo de cosas. Porque se trata de ver de qué manera integramos a todos nuestros compañeros y compañeras. Y eso también incluye concretar el sueño de volver a tener un trabajo digno, eso se tiene que dar dentro de un país productivo, que recupere la energía de su desarrollo con fuentes de trabajo para todos y todas.