Voceros gremiales del moyanismo confiaron que el primer encuentro, que será presidido por Pablo Moyano, en la Federación de Camioneros, será a partir del mediodía para analizar detalles organizativos de la movilización convocada para el 22 de febrero y empezar a saldar las dudas, entre ellas la de la fecha definitiva. Según pudo averiguar InfoGremiales se manejan el 21 y el 23 de febrero como principales alternativas.
En tanto, a partir de las 15.30, los gremios que se identifican como «gordos» e «independientes» convocarán a los opositores al moyanismo en un encuentro en el sindicato de la Sanidad, en el que se prevé la participación de organizaciones sindicales que no tienen un encuadramiento formal con el sector.
La confirmación de ambas reuniones y la pirotecnia verbal en las que se enfrascaron algunos dirigentes con acusaciones de todo tipo, ya no dejan espacio para ningún eufemismo: la CGT está virtualmente fracturada.
Por un lado, los triunviros Juan Carlos Schimd y Carlos Acuña, que responden a Hugo Moyano y Luis Barrionuevo decidieron confrontar abiertamente con el Gobierno y tendrían mayoría de dirigentes con cargos en la conducción nacional cegetista.
El sector de los «gordos» e «independientes» buscará mantener el diálogo con el Gobierno nacional a través de la intermediación del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, muy cuestionado por los moyanistas, porque creen que es la «única salida viable».
Hoy, los moyanistas cuentan en las filas de la CGT con incondicionales como Schmid, Acuña, Pablo y Facundo Moyano, Domingo Moreyra (ceramistas), Oscar Rojas (maestranza), Víctor Santa María (encargados de edificios), Jorge Sola (seguro), Guillermo Imbrogno (AFIP), Omar Plaini (Canillitas) y Roberto Coria (guincheros), entre otros. Además del sector que encabeza Luis Barrionuevo.
Por su parte, quienes no comulgan con Moyano se encolumnan con el triunviro Héctor Daer, al frente de gremios poderosos en cantidad de congresales, como Armando Cavalieri (comercio), Carlos West Ocampo (sanidad); el estatal Andrés Rodríguez (Upcn); Gerardo Martínez (construcción), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Rodolfo Daer (alimentación), Sergio Romero (docentes) y Carlos Sueiro (aduana), entre otros.
Existen una serie de gremios numéricamente importantes, como los colectiveros de UTA (Roberto Fernández) y los maquinistas de locomotoras de La Fraternidad (Omar Maturano), con cargos en la CGT, que si bien deben definir su encuadramiento, se los observa más cercanos a «gordos» e «independientes», fundamentalmente a Fernandez.
Lo mismo ocurre con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que lidera Antonio Caló, que ya desestimó su participación en la movilización del 22 de febrero, en tanto Smata mantiene silencio desde hace meses, así como aquellas organizaciones encuadradas en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), entre ellos los taxistas de Jorge Omar Viviani; los lucifuercistas de Guillermo Moser; los legislativos de Norberto Di Próspero; los telefónicos de Sergio Iadarola, y los empleados del tabaco de Raúl Quiñones.
Quienes ya definieron su participación como aliados del moyanismo en la movilización del 22 de febrero son los gremios de la Corriente Federal de Trabajadores, entre ellos los bancarios de Sergio Palazzo; los docentes de Horacios Ghillini, los curtidores de Walter Correa y los judiciales de Vanesa Siley.