(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Rene Asan @rene.asan) Está al frente de un bastión histórico de los metalúrgicos, la UOM Avellaneda. Considera que la paritaria del sector «se quedó corta» con el 45%, frente a la inflación que existe. Sin embargo descarta que un bono sea el paliativo que necesitan los trabajadores. Realza a Néstor y sobre todo a Cristina Fernández de Kirchner por gestión en bienestar del pueblo. Asume la discusión necesaria de los convenios colectivos pero sin concesión al apetito empresario para recortar derechos. Daniel Daporta confía en la nueva etapa liderada por Abel Furlán.
Caminar por la calle Italia hasta llegar a la sede de la Seccional Avellaneda de la UOM tiene sus puntos de color. Desde hace décadas transitamos esas veredas para otro destino, a pocos metros, el Estadio Presidente Perón del Racing Club. Para esta ocasión, el fotoperiodista que nos acompaña es René Asán, hincha de «Los Vecinos» como se decía hace años respecto del Club Atlético Independiente y la proximidad de ambas canchas. Léase, pasamos por el frente de esa UOM rica en historia y referentes, miles de veces. La puntualidad para que nos reciba otro de los dirigentes metalúrgicos de esa cúpula, Marcelo San Martín. Y es el momento entonces de comenzar una conversación extensa y rica en matices con Daniel Daporta, el secretario general de los metalúrgicos en ese distrito.
Coronado en una elección reciente y de alta temperatura, como también impacto nacional, Daporta comandó la Nueva Lista Rosa. Logró 2433 votos contra sus rivales liderados por Felipe Anriquez, que sumaron 1879 sufragios. Tiempo de recambio generacional certificado y con Daporta orgulloso al destacar su trayectoria como delegado de base y siendo parte de la Juventud Sindical. «Tengo 53 años recién cumplidos y mi carrera como gremialista empezó a los 22», dice con tono emotivo también para destacar a su familia. Realce al compañerismo de su esposa y 5 hijos. «Kevin de 30 años, Brian de 27, Elena de 23, Franco de 21 y Tiago que tiene 8». Una historia familiar que comenzó con su matrimonio a los 22 y los 19 de su pareja. Daporta comenta con orgullo que no hay tantos abriles de diferencia con Kevin, el mayor: «es técnico electromecánico, no trabaja en ninguna metalúrgica (sonríe al acotarlo), estudia diseño industrial y diseña muebles en una carpintería».
Un termo en su escritorio con el escudo de Boca Juniors certifica que, a pesar de ser referente en Avellaneda, hay una pasión y sin grietas respecto a la admiración por Juan Román Riquelme y Martín Palermo, «porque son dos héroes xeneizes». La mesa tendida con café humeante y generosas masas secas, completan el escenario para una charla extensa de nuestro ciclo de entrevistas:
«Un bono no complementa, ni ayuda. Es algo para el momento y no es rentable para los trabajadores. Es pan para hoy y hambre para mañana. Y la realidad es que los trabajadores y toda la actividad en general necesitan tener salarios mucho más dignos»
Daniel Daporta
-¿Qué diferencia marcaría en la UOM Avellaneda de los últimos 4 años y este presente?
-Lo que nosotros logramos aquí es poder realizar un cambio generacional, que fue motivado e incentivado por ese gran dirigente que fue Juan Alberto Belén. El nos dio la posibilidad de seguir adelante con todo esto y poder tener hoy una representación joven y con ganas de trabajar para defender los derechos de compañeros y compañeras.
-¿Y hay una familia detrás, que termina siendo algo más que un cable a tierra?
-La familia es primordial. No es fácil entender el entusiasmo y la vocación que uno le mete a esto porque quiere ser representante de los trabajadores. La familia es la que más sufre, la que más padece todas estas injusticias que nosotros venimos afrontando. Hablo también de comprender las horas donde uno no puede estar con ellos, pero a Dios gracias tengo una familia que lo entiende.
-¿Ellos comprenden su pasión por esto?
-Sí, la comprenden y me apoyan incondicionalmente. Es más hay un detalle de la intimidad, ellos lloran conmigo cuando yo también suelo hacerlo por las injusticias. Entienden y me bancan, eso es lo primordial.
-¿Esa familia tuvo o tiene que bancar a un padre a veces ausente o siempre se las arregló para estar de alguna manera?
-Mi forma de ser es la de una persona que más allá de estar continuamente trabajando es consiente y ordenada con sus tiempos. Tengo las horas para mi trabajo, las horas para la familia e incluso allí el tiempo de esparcimiento con mis hijos principalmente. Vamos a jugar al paddle dos veces por semana, por esa forma de ser que te comento tengo la tranquilidad de ser un padre presente.
-¿En su familia son todos hinchas de Boca?
-Todos de Boca, por suerte.
-Hay verticalismo.
-Totalmente. (sonrisas)
-Algunos dirigentes sindicales dicen que el verticalismo de sus organizaciones a veces juega en contra porque los deja a contramano del tiempo.
-El verticalismo es la base primordial para que el sindicalismo siga siendo el sindicalismo fuerte que históricamente existió y debe existir. Para mí el verticalismo se tiene que seguir respetando. Nosotros venimos de allí, lo respetamos porque hace a la lealtad indispensable a los dirigentes que conducen.
«Con la pandemia de Mauricio Macri padecimos lo peor como trabajadores. Y perdimos toda nuestra dignidad en forma general porque para eso vino Macri, para destruir las fuentes de trabajo, el poder adquisitivo y para que los trabajadores terminen siendo esclavos»
-¿Aunque ese menú incluya que haya que comerse sapos en más de una ocasión?
-Por supuesto.
-¿Es parte de las reglas de juego?
-Sí, claro. Cuando entramos a la carrera gremial, aquellos viejos dirigentes que tenían pasión por lo que hacían en defensa de los trabajadores, nos explicaban que este camino implicaba también comerse sapos. Quizás entonces, en nuestra juventud, no entendíamos con precisión a qué se referían ellos. Sucedió que con el transcurso de los años, en la vida cotidiana, uno aprendió que los sapos siempre van a estar y hay que saber comerse alguno para poder conducir a una organización tan importante como la nuestra.
-Si nos paramos con una mirada desde el gremio metalúrgico sobre el escenario de estos días, ya sea por la incertidumbre inflacionaria, la salida de la pandemia, la crisis que dejó el macrismo y más. ¿Qué tiene de diferente esta crisis respecto a otras?
-Esta crisis es preocupante, como han sido anteriores, pero creo que hay una posibilidad de tener estabilidad laboral dentro de los establecimientos y obviamente lo que más nos interesa a nosotros es preservar las fuentes de trabajo pero también recuperar la masa salarial. Y cuando hablo de una recuperación de los sueldos más que justa y necesaria no solo me refiero a las paritarias sino a las luchas internas, que podemos tener dentro de un establecimiento. Hablo de la alternativa de lograr algún adicional, algún premio, todo lo que fuere posible para reforzar el salario del trabajador para poder contener esta inflación que hoy padecemos.
-La pandemia de Macri, el Coronavirus, los coletazos económicos de la guerra entre Rusia y Ucrania. ¿Si tiene que armar un podio de factores de crisis, cuál pone primero?
-La pandemia de Mauricio Macri, sinceramente, ahí padecimos creo que lo peor como trabajadores. Y perdimos toda nuestra dignidad en forma general porque para eso vino Macri, para destruir las fuentes de trabajo, el poder adquisitivo y para que los trabajadores terminen siendo esclavos. Obviamente el Covid también fue muy fuerte y lo sigue siendo por sus efectos colaterales. Porque como país quizás no estábamos preparados para recibir una pandemia como la que surgió. Fíjese que primero todo era incertidumbre, no había credibilidad, pero cuando los casos se fueron acrecentando empezamos a tomar conciencia. Y ahora llegó lo de Rusia y Ucrania, la verdad que es algo inesperado porque no estamos preparados mundialmente como seres humanos de enfrentar otra guerra.
-¿A pesar de la era Macri, le toca hablar con compañeros trabajadores y trabajadoras seducidos por los cantos de sirena de la derecha liberal? Con todo lo que eso implica.
-La verdad que sí, constantemente. Nosotros estamos en desacuerdo con ese tipo de políticas que sólo plantean intentos de solución avasallando a trabajadores y trabajadoras, ya sean del sector privado o las administraciones estatales. Nosotros enfrentamos y enfrentaremos a todo los que perjudique y dañe a trabajadores y trabajadoras. Que tenemos la mejor voluntad y disposición para hablar, discutir, debatir los temas que sean, no tengas dudas. Pero obviamente nunca vamos a compartir ese tipo de políticas.
-Más allá de que estemos en la UOM de Avellaneda sumemos a un radical a la mesa, a Raúl Alfonsín. El ex presidente hablaba de «persuadir» a quienes podían ser tentados o seducidos por las fantasías que pueden llegar a plantear la derecha y el liberalismo…
-La persuasión es lo que lleva a la comprensión. Si uno persuade -con argumentos- seguramente vamos a poder lograr la comprensión y realmente hacer ver que ese pensamiento cerrado que se tiene, tiene que tener otra visión de futuro.
«Hay derechos que no podemos cambiar, las vacaciones, el aguinaldo, los permisos por asistencia familiar o por enfermedad. Y los gorilas, hablo de muchos empresarios, apuntan a reducirnos muchos derechos en su beneficio y en razón de su verdadera obsesión, productividad sin derechos«
-El futuro, pandemia mediante, llegó antes. con cambios en los convenios colectivos de trabajo, el Gobierno con esa y otras premisas activará en mayo un Congreso de la Productividad. ¿Persuadir también implica dar un debate donde también pueden desarrollarse acuerdos en cuanto a la capacitación del trabajadores para la UOM?
-Por supuesto. Nosotros entendemos que los convenios hay que actualizarlos a los tiempos que se viven. Hay todo tipo de avances y la tecnología 4.0 es lo que hoy está más poniéndose en práctica. Y tenemos que tener la capacidad para abarcar esa dinámica y capacitarnos, por eso tenemos los Centros de Formación Profesional. Contamos con una facultad de siete pisos donde apuntamos a ese futuro, se trata de capacitar a los trabajadores y al mismo tiempo poder defender, inclusive no solo una categoría profesional sino su salario. Se trata de estar a la altura de lo que se viene mundialmente. Pero atención con esto, no queremos perder derechos que es a lo que apuntan los empresarios. Hablo de los días de vacaciones, un ejemplo, y otros beneficios que tenemos dentro del convenio. Todo eso nosotros lo tenemos en nuestro convenio y lo vamos a seguir defendiendo.
-Suele decirse, con picardía gremial peronista, que hasta los «gorilas» reclaman vacaciones y aguinaldo…
-Sí, pero los «gorilas» en realidad apuntan a sacarnos derechos y que el trabajador o la compañera trabajadora esté a disposición de la productividad. Nosotros decimos, hay derechos que no podemos cambiar, las vacaciones, el aguinaldo, los permisos por asistencia familiar o por enfermedad. Y los «gorilas», hablo de muchos empresarios, apuntan a reducirnos muchos legítimos derechos en su beneficio y en razón de su verdadera obsesión, productividad sin derechos.
-En cuanto a la defensa de derechos y otros logros, utilizando una metáfora futbolística, se dice que la UOM «no le pasa la pelota a otros compañeros» de diferentes gremios. Que los metalúrgicos, «juegan para ellos». ¿Es la realidad o un mito?
-Es un mito. Mirá, nosotros tenemos muy buena relación con el resto de los gremios, trabajamos, charlamos, intercambiamos opiniones, acompañamos la actividad de cada organización sindical y lo hacemos respetándonos. Fijate que muchas veces tenemos que compartir nuestra actividad metalúrgica con algún otro gremio porque porque su labor está fusionada con la metalúrgica. Y ahí es donde está comprobado en forma fehaciente que tenemos una labor compartida e integrada con otras organizaciones de trabajadores, sin ningún tipo de problemas.
-¿Entonces es de esperar que en esta etapa de la UOM va funcionar mejor la Confederación de Sindicatos Industriales de la Argentina (CSIRA)? ¿O es necesario volver a articular ese bloque que ustedes comparten con Smata, la UOCRA, Alimentación y otras organizaciones?
-Creo que en realidad ahí se presentan dos conceptos, en primer lugar confiamos en que va a progresar pero también se necesita un debate que incluya un profundo análisis para que se pueda armar algo realmente favorable desde esa Confederación para los trabajadores y trabajadoras que representamos.
-¿Cuál sería su primera idea para sumar allí?
-La unidad es algo primordial y por lo tanto muy importante y obviamente ver cuáles son los puntos clave para que ningún gremio pierda sus derechos.
-El referente de Dragado y Balizamiento, también dirigente de la CATT, Juan Schmid suele ponderar la «unidad en acción». ¿A eso se refiere?
-Exacto, unidad en acción. Es lo que más tenemos que poner en práctica. Porque hacerlo nos va a llevar a fortalecer el Movimiento Obrero, a defender los derechos como corresponde y a actualizarnos en los tiempos reales que se viven hoy por hoy.
-No es simpático comentarlo, ni tampoco un tema de debate nacional, pero hay trabajadores que eligen putear a un delegado antes que hacer un leve reclamo a la empresa. ¿Qué me diría sobre ése capítulo de la actividad gremial?
-Que duele, porque el delegado es el que lleva los problemas de los compañeros y compañeras a los empresarios y es el que defiende derechos. El trabajador al primero que insulta o reclama es al delegado porque considera que ellos se calientan o no tienen la capacidad para defender su problema. Ahora bien, de lo que no se dan cuenta que quién más trabas pone y tiene el poder económico es el empresario. Entonces duele, porque primero tendrían que putear al empresario y de última, a nosotros si no cumplimos con la función como corresponde, porque ahí tienen ese derecho.
«Durante más de 15 años fue delegado de comisión interna, siempre me eligieron para la responsabilidad que elegí por eso te digo que ése es mi currículum. Insultar a un delegado no está bien, hay que acompañarlos y dialogar con ellos porque eso fortalece la defensa de los compañeros»
-¿Alguna vez puteó a un delegado?
-Sinceramente no, te lo juro. Nunca insulté a un delegado, lo que sí hacía era proponer cosas para que el delegado representara al trabajador y como trabajador defendía mis propios derechos. Por la motivación de mis compañeros yo fui delegado, y nunca le falté ni a un delegado o a un dirigente. Siempre con el diálogo acerqué mis propuestas y con el punto de vista de qué forma creo que se tiene que desenvolver un delegado para que logre el acompañamiento de la gente. Pongo, ofrezco como delegado que fui, como sindicalista que soy un currículum y no tengo ninguna vergüenza en exponerlo porque siempre defendí a los compañeros como corresponde. Durante más de 15 años fue delegado de comisión interna, siempre me eligieron para la responsabilidad que elegí por eso te digo que ése es mi currículum. Insultar a un delegado no está bien, hay que acompañarlos y dialogar con ellos porque eso fortalece la defensa de los compañeros.
-Hablamos de verticalismo, del escenario actual, la inflación, de la Confederación de Sindicatos Industriales, y más. ¿En este nuevo rol dentro del secretariado nacional de la UOM, si tiene que elegir una meta para cumplir a corto plazo qué me diría?
-Mejorarle la atención de la salud a los trabajadores que es la arteria principal y complicada de nuestro gremio, por todas las falencias que tenemos. Sé que es en forma general, no solo la UOM padece el problema de la salud, todos los gremios hermanos también lo sufren, pero creo que sería el primer objetivo como también recuperar el poder adquisitivo de nuestros salarios.
-¿Se quedaron cortos con el 45% que firmaron en paritarias?
-Totalmente, nos quedamos muy cortos, se tendría que haber discutido un poco más o por lo menos en otras condiciones. Si se hubiese pactado el 45% tendría que haber sido todo junto, sin tramos y con una revisión a fin de año. Para haberlo fraccionado tendría que ser acumulativo para que no perdamos tanto poder adquisitivo ante la inflación que tenemos.
-Ya es cosa juzgada.
-No, porque si bien está cerrado el acuerdo del 45% tenemos la posibilidad, en noviembre, tenemos una apertura para la revisión o un análisis para ver cómo está la situación. Ahí vamos a estar discutiendo nuevamente algunas otras condiciones para mejorar el salario de los compañeros.
-Con el tema del bono extraordinario por inflación ya instalado, desde el Gobierno aseguran que los sindicatos no quieren ese bono «porque pierden protagonismo paritario».
-El bono no complementa, ni ayuda. Es algo para el momento y no es rentable para los trabajadores. Es pan para hoy y hambre para mañana. Y la realidad es que los trabajadores y toda la actividad en general necesitan tener salarios mucho más dignos, y hoy un bono no compensa eso. No sirve de nada un bono para tratar de contener o aguantar la inflación que tenemos.
-¿O sea no es un problema de «ego sindical» sino una cuestión de cálculos y de números?
-Por supuesto que sí. Ya tenemos experiencia con todos los bonos que hemos percibido durante las últimas negociaciones de paritarias y no es nada favorable. Te repito, es para tapar algún pozo en el momento pero después nos quedamos sin nada en la mano, un bono no sirve en esta realidad.
-¿Qué lectura hace del Congreso de Parque Norte donde la UOM quedó fuera de la conducción y también del presente de esa central obrera?
-La CGT está armada como se debatió, como se discutió, nosotros teniendo en cuenta el verticalismo siempre vamos a acompañar. Sí lamentamos que la Unión Obrera Metalúrgica, no haya tenido un lugar y el protagonismo como lo tuvo históricamente. Más allá de eso vamos a acompañar como siempre lo ha hecho esta organización -verticalmente- a los compañeros que conducen la CGT. Desde lo personal no tengo nada para debatir, pero sí me hubiese gustado que al definir esta nueva conducción cegetista, la UOM hubiera tenido un lugar más protagónico.
«Tenemos que ser realistas sobre cómo Cristina ha manejado al poder económico, al poder político inclusive. No tenemos que dejar de elogiar la capacidad que tiene, y muchas veces fue cuestionada por su condición. Soy de los que cree y dice que ojalá el día de mañana podamos tener un dirigente con la capacidad de Cristina»
-¿Qué vigencia tiene el concepto de que «la organización vence el tiempo» como dijo Perón?
-Es lo más certero que pudo haber dicho el general Perón, la organización vence al tiempo. Hoy está demostrado de que nosotros, como nueva generación, hemos podido cambiar algunas cuestiones y obviamente que vamos a seguir bregando para que el Movimiento Gremio, perdón, el Movimiento Obrero tenga el protagonismo que tiene que tener ante cualquier política que se presente.
-No es un mal concepto «el Movimiento Gremio», es un buen acto fallido.
-¿Le parece? (risas)
-Esta nueva etapa de la UOM, algo cambió y se venía gestando. ¿Abel Furlán, que en algún momento fue una pata metalúrgica en la Corriente Federal de los Trabajadores marca el camino de toda esta estructura orgánica e inédita de los metalúrgicos?
-En lo personal, del compañero Abel Furlán quiero destacar su capacidad, su trabajo y desempeño que ha tenido incluso dentro del ámbito político. Considero haber sido bien representado por su persona, y creo que sí, que es algo que viene para nuestro futuro. Porque acompañar a nuestro secretario general significa que todos los que lo estamos acompañando creemos en la visión política que él tiene.
-¿La UOM es de La Cámpora ahora?
-No, la UOM sigue siendo peronista como fue históricamente, pero nosotros no tenemos que negar que el kirchnerismo es quien le devolvió dignidad a la UOM generando puestos de trabajo y levantar la industria metalúrgica como lo fue del 2003 en adelante.
-¿Adhiere a Néstor Kirchner y su frase, «nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio»?
-Esa reflexión es una gran realidad.
-¿Tan buena como que la organización vence al tiempo?
-Tal cual, desde mi visión el proyecto que llevó adelante Néstor Kirchner fue lo más parecido, dentro de la historia del peronismo, a lo que pudo concretar Juan Perón.
-Hay una pregunta que hacemos en todas las entrevistas. ¿El Movimiento Obrero, su dirigencia, la destrata a Cristina por su condición de mujer?
-Creo que sí y tenemos que ser realistas sobre cómo Cristina ha manejado al poder económico, al poder político inclusive. No tenemos que dejar de elogiar la capacidad que ella tiene, y muchas veces fue cuestionada por su condición y no por su capacidad. Soy de los que cree y dice que ojalá el día de mañana podamos tener un dirigente con la capacidad de Cristina Fernández de Kirchner.
-El Gobierno hoy semeja más al Frente de Todos contra Todos, que al Frente de Todos, es inocultable. ¿Lo preocupa en este presente y mirando hacia 2023?
-Sí estamos preocupados, porque quizás no se está cumpliendo la expectativa que nosotros teníamos como gremio. Habrá que trabajar fuertemente para que la derecha no vuelva a gobernar nuestro país. Y para nuestra organización también allí aparece un gran desafío. Sabemos que podemos afrontar, llevar adelante y mantener la historia de la UOM de Avellaneda. Tenemos la capacidad para hacerlo, un buen equipo de trabajo, mucha gente joven que quiere empujar para defender la historia, defender lo que es Avellaneda y desde aquí a nuestro país. Lo decimos con la mayor humildad desde la nueva Lista Rosa, una lista histórica con gente totalmente nueva, estamos en condiciones para enfrentar el desafío de hoy y el que se viene.
«No podía dejarse pasar más tiempo para lograr el cambio que necesitábamos los metalúrgicos y las metalúrgicas»
-La postdata, ¿Cuándo creyó que esta implosión y explosión de la UOM era inevitable?
-Al inicio cuando pudimos hablar con los trabajadores sabíamos que era necesario este cambio. El cual para mí era inevitable teniendo en cuenta lo que nosotros notábamos desde la visión de los trabajadores y trabajadoras: no podía dejar pasar más tiempo para lograr el cambio que necesitábamos los metalúrgicos y las metalúrgicas.
-¿Si tuviera que ubicarlo en tiempo preciso, en un año, cuál sería?
-En este momento, en el 2022.