Daniel Yofra, el líder de Aceiteros, cuestionó el rumbo político. «Estamos cada vez peor», sostuvo. Además aseguró que «el 52% de pobres es el resultado de que la dirigencia sindical esté atada a todo lo que pasa en la parte política».
Daniel Yofra, el secretario General de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, habló sobre los cambios que se dieron en el Gabinete y el cimbronazo económico que se generó: «La sociedad está acostumbrada ya a estos vaivenes políticos y económicos donde cambian al ministro de economía como si fuese una solución de fondo».
En declaraciones a la AM 530, el gremialista consideró que «cada vez estamos peor», pero llamó a la calma porque «estamos rehenes de situaciones que desconocemos, no sabemos qué puede llegar a ocurrir, más en gobiernos tan inestables como los que estamos viviendo».
«Nuestro interés como dirigentes sindicales es empoderar al movimiento obrero para que todos estos vaivenes económicos no nos afecten directamente a los trabajadores como viene sucediendo hace mucho tiempo», remarcó Yofra.
«El 52% de pobres es el resultado de que la dirigencia sindical esté atada a todo lo que pasa en la parte política y siempre esperamos un milagro, que nunca ocurre y nunca va a ocurrir», añadió.
Para el gremialista «en la medida que el movimiento obrero no se empodere no vamos a poder reclamar absolutamente nada».
Además, precisó que «no hace falta ser economista para darse cuenta que se hacen las cosas mal y que cada vez hay más desocupados y más pobreza».
«La CGT ya no distingue sin son peronistas, radicales o de otro partido. Generalmente hubo contemplaciones cuando hubo un gobierno peronista pero ya ha demostrado esta conducción que en su gran mayoría tiene contemplaciones con los distintos gobiernos, independientemente del color políticos», disparó Yofra.
Por último el Aceitero explicó que «hay que juntar la bronca de todos los trabajadores y poder enfrentar no solamente a los patrones sino también a los gobiernos que no entienden que tiene que haber una distribución de la riqueza distinta a la que se viene dando».
«Es inconcebible y absurdo que haya trabajadores pobres. 50 años atrás los pobres iban a trabajar para dejar de ser pobres y hoy ni siquiera así, son pobres igual», concluyó.