Tras el despido televisivo de Omar Yasin empezaron a correr los nombres de los potenciales reemplazantes. Se trata de un área sensible. Desde el Ejecutivo no esconden la intención de poner alguien cercano a las empresas. Un trio pica en punta.
«Lo he despedido. Fue un error que no debió haber sucedido. Lo están notificando en este momento», aseguró el jefe de Estado Javier Milei y echó hoy a al secretario de Trabajo, Omar Yasín. Fue luego de la polémica generada el fin de semana por los salarios del Gabinete y del propio jefe de Estado. La decisión fue comunicada durante un reportaje concedido al periodista Antonio Laje en LN+.
Tras el shock inicial y la sorpresa por la forma en la que se encaró la comunicación de la determinación, ya empezaron a correr nombres de los potenciales reemplazantes. Es que se trata de un área sensible que no puede estar acéfala, muchas más en un contexto en el que las negociaciones salariales van mes a mes.
La primera certeza, que no se oculta desde el Ejecutivo, es que tiene que ser alguien cercano a los empresarios, especialmente a los grandes grupos. Buscan dotarlos de garantías de que zanjarán en su favor cualquier contienda de partes con el sindicalismo.
El primero de los postulantes es un viejo conocido y una fija cada vez que surge un lugar en el área: Miguel Ángel Ponte. Es un hombre que pasó a la fama cuando durante la administración Cambiemos, donde ocupó la Secretaría de Empleo, primero bajo las órdenes del ministro de Trabajo, Jorge Triaca y, en el último tramo, en la órbita del de Producción, Dante Sica, argumentó a favor de la reforma laboral.
«La posibilidad de entrar y salir del mercado de trabajo hace a su esencia, como comer y descomer», quiso explicar Ponte.
Antes de ingresar a la función pública, Ponte se desempeñó como director de Recursos Humanos de Ternium Siderar, una de las firmas del Grupo Techint, siendo responsable de los programas de empleo joven de la multinacional siderúrgica. Tiene un perfil extraño.
Es Licenciado en Ciencias del Trabajo. Además fue profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación en el Consejo Superior de Educación Católica de Buenos Aires. En esa misma universidad estuvo al frente del Posgrado de Recursos Humanos en la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA.
El segundo en danza es Julio Cordero, un hombre de confianza de Paolo Rocca y que había sonado con mucha fuerza al inicio de la gestión de La Libertad Avanza para quedarse con el control de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales (DNAS).
Cordero es responsable del departamento jurídico del Grupo Techint y excoordinador del equipo de campaña de Patricia Bullrich en la materia. Ese ese rol se encargó del diseño de los planes de una posible reforma laboral para la excandidata presidencial.
En el pasado reciente Cordero se hizo tristemente célebre por la frase en la cual planteó que los trabajadores no tienen demasiado que hacer con el tiempo libre si se consigue la rebaja en la cantidad de horas de trabajo.
«Yo limito la jornada, entonces ustedes tienen que trabajar menos. ¿Para qué? O sea, está mal trabajar? ¿Estamos en contra del trabajo? ¿Para qué? ¿Para ir afuera a hacer qué?», expresó ante el plenario de comisiones que trata una norma para modificar la carga horaria laboral legal.
Lo que podría ser un impedimento es que en el último Consejo del Salario Cordero participó como representante de la parte empresaria. De hecho eso provocó un cruce de alto voltaje con Héctor Daer que le preguntó en calidad de qué estaba sentado en esa mesa.
El tercer dirigente en cuestión, el menos conocido para la opinión pública es Federico Bellezze. Se trata de quien fuera jefe de gabinete del Ministerio de Trabajo durante el gobierno de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires.
Bellezze formó parte de la cartera que en aquel momento comandaba Marcelo Villegas y que todavía hoy es investigada por la famosa Mesa Judicial en la que se promovía la creación de una Gestapo para perseguir a sindicalistas.
En el último tiempo se mostró activo como uno de los alfiles en el área laboral de Juntos por el Cambio, militando en la Provincia de Buenos Aires y era uno de los mayores impulsores de la reforma laboral desde ese paraguas.