El sindicalista Juan Carlos Solalinde está detenido y procesado por haber matado a su ex pareja y madre de su hijo de cinco tiros. La madre de Johana Galdeano denunció que además hubo un plan para intentar encubrir al ex dirigente de la Uocra Villa Mercedes llevado a cabo por cómplices, entre los que estarían un abogado y un subcomisario.
El femicida se entregó diciendo que solo recordaba haber efectuado un disparo para defenderse de un presunto ataque de su ex pareja. Sin embargo, la madre de Johana Galdeano, asesinada a balazos por su ex pareja, expuso el plan que armaron Juan Carlos Solalinde con sus cómplices para alterar la escena del crimen en un intento por aliviar la pena que lo espera si se comprueba lo que afirma la autopsia.
El 26 de mayo, cerca de las 15.30, Johana se encontró con Solalinde en la vereda frente a un galpón propiedad del secretario general de la Uocra en Villa Mercedes. El hombre cargaba su revólver Taurus calibre 3.57 Magnum que descargó cinco veces contra la mujer.
Según consignó La Nación, la autopsia rebeló que la primera bala le entró por el codo; la segunda atravesó la mano de Johana, que intentó cubrirse; las dos siguientes fueron al pecho y le causaron la muerte por sangrado; la última le destrozó la mejilla y fue disparaba a una distancia no mayor a los 30 centímetros y con la víctima en el suelo.
“Tuvimos que pelear un montón para que la jueza del caso reconociera el femicidio, aun cuando había un cadáver con cinco disparos efectuados con un arma de guerra. En algún momento hasta deslizó que la culpa era de la víctima. El amiguismo y la complicidad que tiene el Poder Judicial con el asesino es muy evidente”, denunció la abogada querellante a La Nación.
La abogada Leticia Latini realizó una reconstrucción de los hechos y estableció que el cuerpo de Johana fue arrastrado desde la vereda hasta dentro del galpón de Solalinde, y que una vez allí le “plantaron” un cuchillo de cocina en una de sus manos.
También estableció que luego de los disparos, Solalinde llamó por su celular a dos amigos, el abogado Gonzalo Estrada y al subcomisario Ángel Abraham, que según declaró un testigo, ya estaban en la escena cuando llegó la policía.
También estuvo en el lugar Federico Cortez, un empleado de Solalinde que dijo haber estado cortando el pasto en la casa lindera al galpón donde vive Flavia Castro, actual pareja del femicida. Según la abogada, Cortez cumplía la función de espía de Johana y reportaba sus movimientos.
“Cortez y Castro declararon que no escucharon ningún disparo aun cuando estaban pegados al galpón. Pero fueron quienes acompañaron a Solalinde a entregarse a la comisaría 8a. El cuchillo que le plantaron a Johana era de la misma marca que los cuchillos que Flavia Castro tenía en su casa. Es un indicio muy claro de que pudieron haber intervenido en la modificación de la escena del crimen, pero la Justicia nunca los investigó”, indicó la abogada al mismo medio.
Agregó: “Quiero que todos los que estuvieron involucrados sean imputados como cómplices o partícipes necesarios. El femicidio ya está probado, pero nosotros planteamos que hubo personas que se prestaron a tapar un homicidio. Esa gente también tiene que cargar con la pena que les corresponda”.