Se trata de Awada, firma de Juliana Awada esposa de Mauricio Macri. La acusan de «apretar» a los empleados para obligarlos a renunciar y evitar el pago de la indemnización. Además señalan que no paga horas extra ni los salarios en tiempo y forma.
Awada, la marca de ropa personal de Juliana Awada, esposa de Mauricio Macri, que se promocionó con bombos y platillos hasta 2019 como la firma que marcaba la tendencia de la primera dama, se encuentra en un momento delicado.
Según consignó el periodista Juan Alonso, la empresa está «apretando» a sus empleados para que renuncien. Es una forma de eludir la prohibición de despidos y de evitar el pago de las indemnizaciones.
Además sostuvo que en los locales no se pagan los salarios como lo marca la ley, el cuarto día hábil de cada mes, sino que lo hacen siempre después del 10.
También la acusa de imponer una jornada de trabajo de una hora más de lo legal y no pagarla como extra.
Esta no es la primera denuncia que tiene Juliana Awada en su rol de empresaria textil. El año pasado los gremios del sector tuvieron que ir a varias mediaciones para que Cheeky, firma de indumentaria para niños que también es de su propiedad, pague los salarios. Dejó de pagar en el inicio de la pandemia y no quería ponerse al día.
Antes, en varias ocasiones fue denunciada por utilizar talleres clandestinos para confeccionar sus prendas.
La ONG La Alameda había presentado un video realizado en 2012 en el que se muestran, a través de una cámara oculta, las instalaciones de una sala en la que trece personas eran condenadas a condiciones de hacinamiento y trabajo paupérrimas. Ese taller, ubicado en el barrio de Mataderos, producía para Cheeky. Los obreros del lugar, según podía verse en la filmación, realizan una jornada de trabajo de 15 horas diarias.