La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la CTA Autónoma denunciaron «inacción» por parte del gobierno de la provincia de Río Negro, que decidió no enviar a la policía provincial para escoltar a las columnas que realizan la séptima Marcha por la Soberanía de Lago Escondido, a la vez que advirtieron sobre una supuesta «complicidad» con el magnate británico Joe Lewis.
Así lo indicaron desde las organizciones gremiales a través de un comunicado que señala que «la decisión es muy grave».
«La gobernadora Arabela Carreras decidió no enviar a la policía a la marcha a Lago Escondido que la CTA Autónoma, ATE y otras organizaciones realizarán este martes desde el Camino de Tacuifí en El Foyel», remarcaron.
En ese sentido, Rodolfo Aguiar, secretario adjunto de ATE Nacional y secretario general de CTA Autónoma Río Negro, recordó que «el hostigamiento de patotas es un antecedente que puede repetirse», en referencia a lo ocurrido durante la marcha que se realizó en 2022.
La central denunció la inacción del Gobierno provincial y lo responsabilizó por lo que le pudiera ocurrir a cualquier manifestante.
«El Gobierno y sus fuerzas de seguridad vuelven a ponerse del lado del empresario Lewis, desprotegiendo a una movilización federal que será multitudinaria, allanando el escenario para posibles enfrentamientos que deseamos no vuelvan a ocurrir», agregó Aguiar.
La séptima Marcha por la Soberanía de Lago Escondido, en la provincia de Río Negro, transita el llamado Camino de Tacuifí, que se supone debe estar habilitado por orden judicial pero que en un tramo de su recorrido está bloqueado por una tranquera instalada por la empresa Hidden Lake, de propiedad del millonario británico Joe Lewis.
Otro grupo de los participantes realizaba su marcha hacia Lago Escondido pero por el Camino de Montaña, más largo y de dificultad media, en una columna de la que forman parte el sacerdote Francisco «Paco» Olveira, del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, y el médico sanitarista Jorge Rachid.
Con dos columnas de manifestantes, la séptima Marcha por la Soberanía se propone llegar a orillas del Lago Escondido para denunciar que en esa zona, donde el magnate británico Lewis tiene su famosa estancia, existe un «enclave británico» que funciona como «la cueva de un poder mafioso que busca condicionar la democracia», según denunciaron los organizadores.
En 2022, durante la sexta marcha a Lago Escondido, más de 40 personas a caballo con armas, comandadas por Nicolás Van Ditmar, obstaculizaron su paso impidiendo el libre tránsito hacia el lago.